Como alumnos, solemos tener una de las etapas más complicadas durante nuestra estancia en el plantel Sur, ya que una institución universitaria como el CCH pone sobre nuestros hombros algunas exigencias que provocan que nos atemorice fallar.
Ese miedo se expresa también como hijos, pues no queremos defraudar a nuestros padres, que han generado expectativas desde el momento en que fuimos seleccionados por el Colegio. Así que la propia institución y los profesores tienen también expectativas muy altas sobre nuestro desempeño. En ese sentido, una de las mayores exigencias consiste en no fallarnos a nosotros mismos, por eso debemos evitar que nuestras decisiones provoquen que tomemos un camino erróneo que nos haga infelices o arruine nuestros sueños.
Esa es una de las razones por las que siempre estamos pensando en si ese examen extraordinario podremos aprobarlo o no, o si podremos alcanzar una evaluación adecuada, o si esa carrera es la correcta. Siempre dudamos y le damos vueltas a las cosas, pero no es por indecisión, sino por temor. Y ese sentimiento todos lo hemos atravesado. Así que, como alumna que egresa del CCH, sólo puedo decirte lo siguiente: somos jóvenes, se vale equivocarnos, pero es importante que seamos conscientes de lo que hacemos para no cometer el mismo error; disfruta cada día del plantel como si fuera el último; no te avergüences de tener miedo, es normal, y enfrentarlo es de valientes, no huyas de él, enfréntalo, porque un extra, una evaluación o una selección de carrera no pueden más de lo que tú puedes con ellas.
También puedo decirte que no te compares, ve a tu ritmo, no todos somos iguales, a algunos nos cuesta más y a otros menos; hay varias puertas abiertas por delante, si una se cierra, habrá otra abierta; nunca te quedes con las ganas de nada, porque estar en el Sur no sólo es ir a estudiar, es desarrollar habilidades, experiencias y criterio; sé empático y cuestiónate siempre todo lo que veas, porque aquí siempre hay cosas nuevas por ver, aprender, hacer y decir; considera un privilegio pertenecer a esta institución, pero que eso no te nuble la vista, porque estar aquí no te hace mejor ni peor persona.
Aprovecha lo que tienes y disfruta hasta el cansancio tu estancia aquí, para que mañana puedas recordar esta etapa con alegría y te dé orgullo decir que perteneciste a este plantel y que cada día que pasaste en él fue una experiencia nueva aprendida que repetirías.
