Festejar la lectura, valorar la importancia del libro y su contribución a la formación de alumnos, bajo esa premisa se inauguró el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, Fiesta del Libro y la Rosa (FLyR), encuentro del Colegio de Ciencias y Humanidades que, por tres días consecutivos, contó este año con una agenda repleta de actividades en línea en tono al amplio horizonte de la literatura.
Los trabajos fueron transmitidos por la página oficial de Facebook del CCH, a través de la cual los estudiantes y profesores de los cinco planteles interactuaron con diversos ponentes.
“Fueron días de intensa labor, donde seis autores compartieron experiencias acerca de sus obras más recientes, 36 alumnos y 28 docentes participaron como comentaristas y presentadores, se organizaron 16 mesas de presentaciones y una conferencia magistral con la que se cerró la jornada”, informó Rosa Atzimba Morales Monroy, coordinadora de Bibliotecas del CCH, al dar la relatoría del evento académico que congregó a cientos de integrantes de la comunidad.
La funcionaria enfatizó: “Nos regocijamos con las lecturas y reflexiones de exalumnos del CCH que ofrecieron análisis de la Odisea y de su autor, Homero; acerca de El Diablo en México, una novela decimonónica de Juan Díaz Covarrubias. Dos expertos nos mostraron que en cualquier edad podemos regresar a las lecturas de la adolescencia y encontrar nuevas enseñanzas”.
A través de lecturas en voz alta, estudiantes y profesores recrearon la obra de grandes escritores como Mario Benedetti, Edgar Allan Poe o Juan Rulfo, y también se dieron cita alumnos de teatro que montaron una obra del autor mexicano Salvador Novo.
En la fiesta del libro no faltó la reflexión académica de los profesores, que compartieron sus experiencias del aula para fomentar el pensamiento crítico a través de la lectura: “En dichas estrategias, los bibliotecarios del CCH nos vimos reflejados como socios estratégicos para lograr los objetivos de los docentes. Las presentaciones fueron enriquecedoras, conocimos el génesis de la inspiración de los autores y que el secreto para ser un escritor es investigar y escribir constantemente con pasión y gusto, porque para ser escritor, no importa si se es biólogo, matemático, historiador, académico o un alumno de cualquier semestre”, manifestó Morales Monroy.
Asimismo, dijo, “hay que leer y aprender de la técnica y voz de otros escritores para encontrar la propia. Como ejemplo encontramos a Mónica Lavín, que nos presentó a Camila y el cuadro robado; Rodolfo Naró, con Corazón para Eva; José Luis Trueba, con Pronto llegarán los rojos, y Manuel Amador y Rafael Mondragón, con Vida que resurge de las orillas”.
La primera jornada concluyó con la conferencia magistral “Rosario Castellanos, las posibilidades de una voz lírica desde el feminismo”, impartida por Mariana Mercenario Ortega, profesora del plantel Naucalpan, galardonada con el Reconocimiento Sor Juana 2021. Y los coordinadores de biblioteca de cada plantel inauguraron el club de lectura Bibliocentral, un espacio para capacitar a quienes deseen abrir un club de lectura en el marco del proyecto Salas de Lectura CCH a Fondo, propuesto por el sello Fondo de Cultura Económica.
“Este día es una oportunidad para subrayar la importancia de las obras escritas en el desarrollo del conocimiento en todas las esferas de la acción humana, lo cual incluye ciencia, humanidades, arte”, indicó Benjamín Barajas Sánchez, director general del CCH, al inaugurar las actividades.
Cuando aparece la escritura, explicó, “emergen tres figuras imprescindibles desde entonces: el autor, el lector y el medio por el que se emite el mensaje y que ha evolucionado hasta la lectura digital, caracterizada por el aumento de autores, lectores y procesos comunicativos intensos en redes sociales. Hoy que vivimos aislados por causa de la pandemia, se ha dicho, recordando a Aristóteles, que el hombre es un animal social y que, por tanto, los vínculos que teje con los otros seres lo constituyen e impiden perderse en el abismo de la soledad, la desmemoria y la locura”.
Los libros, concluyó, “son lámparas maravillosas cuya luz sólo se activa con los ojos del lector, por eso debemos de leerlos porque con la lectura podemos combatir la oscuridad e iluminar el mundo”, concluyó el director general.
