Aunque en los últimos tiempos hay avances en la igualdad de género, debemos reconocer que la mujer aún está en desventaja ante el hombre, por lo que es necesario hacer los cambios sociales y educativos correspondientes para que esto no continúe, aseguró Dalia Berenice Fuentes Pérez, maestra en Derecho por la UNAM, al hacer un balance del estado que guarda la lucha contra la violencia de género.
Entrevistada con motivo del Día Internacional de la Mujer, la especialista en Derechos Humanos por la Universidad de Castilla La Mancha, España, empezó por explicar la diferencia entre equidad e igualdad de género. Esto es importante, dijo, porque el marco jurídico mexicano reconoce el derecho a la igualdad entre mujeres y hombres y a la no discriminación por cuestiones de sexo, género y orientación sexual, entre otros aspectos.
Para comprender de dónde viene el concepto de igualdad de género, expuso, “necesitamos conocer que existe un orden social referente al género y otro de sistema patriarcal, que son maneras de organización de los grupos humanos”.
La categorización social binaria no estaría mal, sólo que a una de ellas le han dado más valor y reconocimiento social, jurídico, económico y de otros tipos. “Estoy hablando de la identidad otorgada al hombre, con sus respectivas funciones sociales y masculinas, entre ellas, producir bienes y proveer recursos”.
El caso de la identidad de la mujer y lo femenino recibe menos valoración social, económica y de otros tipos. “Entonces, la única existencia o división de un grupo humano en dos grandes sectores ha generado desigualdad, por si misma”. Por esa razón, durante el siglo XX, se visibilizó cómo, a pesar de que las personas tenemos reconocidos los mismos derechos, el sexo y género de los individuos, por sí mismos, estaban creando desigualdad.
Avances y retrocesos
Para Fuentes, quien fuera asesora en la Unidad de Igualdad de Género de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, indudablemente hoy existen avances en materia normativa y legal, porque contamos con un marco específico que protege a las mujeres de la desigualdad exacerbada, pero no podemos hablar de progresos generales pues hay zonas grises sobre el tema.
“Podemos decir que hay avances institucionales para impulsar mecanismos y protocolos para mostrar el problema existente, pero hace falta mucho por hacer”, insistió, al destacar que si pensamos en las universidades, “éstas han ayudado a cuestionar la desigualdad y han llevado el tema al debate, igual que los asuntos de discriminación y de violencia”.
La mujer en la pandemia
Diversas organizaciones han levantado estadísticas y dado seguimiento al maltrato hacia las mujeres en el confinamiento por la pandemia de Covid-19, por ejemplo, el Sistema Nacional de Seguridad Pública observa cómo se han incrementado las llamadas al 911 de mujeres que piden apoyo por los ataques que sufren en los hogares o por recibir violencia en otros espacios.
Las personas podrían pensar que el lugar más seguro para las mujeres es la casa, pero es ahí donde las prácticas de violencia de género se gestan, reproducen y trasmiten.
Lugares seguros
Para las personas violentadas es importante contar con el apoyo institucional para saber dónde denunciar y tener una respuesta efectiva e inmediata; así como para contar con una red de apoyo, que puede ser familiar o de amistades que la auxilien.
“Lo primero ante un problema es reconocerlo y si las personas no tienen información en cuanto a qué es la violencia en razón de género, es imposible que la identifiquen. No se puede combatir lo que no se conoce”.
Reflexionar el tema
El Colegio de Ciencias y Humanidades cuenta con una población diversa que tiene que hacer sus propios procesos de reflexión a distintos niveles, porque “no sabemos en realidad las preocupaciones e intereses de los estudiantes, en comparación con el personal administrativo”, por eso invito a la comunidad del Colegio a tener disposición a debatir el tema de manera crítica, para seguir avanzando en igualdad de género y derechos de las mujeres.
