El Programa de Regularización e Iniciación a la Docencia (PRID) me pareció bastante útil porque hubo retroalimentación directa entre colegas que tienen muchos años en el Colegio y además manejan adecuadamente el Modelo Educativo, declaró la profesora Angélica Berenice Farfán Peña, del Área de Talleres de Lenguaje y Comunicación en el plantel Oriente.
Sobre su experiencia en este programa, la maestra dijo que fue un proceso complejo porque fue una introducción a la normativa, lineamientos de ética, también lo relacionado a la libertad de cátedra, y cómo y qué se espera de ellos como docentes.
“No tengo punto de comparación con el examen filtro, pero por comentarios de colegas, es importante el acompañamiento de docentes con más experiencia. Fue relevante que te guiaran, en mi experiencia fue bueno”, enfatizó.
En cuanto a su conocimiento de los principios del Colegio, agregó que conocía su Modelo Educativo, mientras que en el programa se reforzaron sus fundamentos: “aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y, ahora, aprender a convivir”.
“Si bien nosotros como docentes debemos tener el conocimiento, finalmente nuestros estudiantes son los protagonistas y nosotros debemos aportar a la construcción de sus aprendizajes y esa es la apuesta constante, sobre esto se dialogó mucho en el curso”, explicó.
“A través de este curso pude asomarme a las ventanas de oportunidad que como docente tengo, por ejemplo, lo concerniente a las estrategias de evaluación, porque lo que tenía de evaluación es algo completamente distinto a lo que necesito hacer para los estudiantes”, comentó.
Por último, destacó que ser docente de la Universidad significa “que debemos estar a la altura en el sentido de actualización de saberes, de estrategias pedagógicas. Estamos aquí para seguir actualizándonos, los nuevos tiempos nos demandan saber más, aprender más y ponernos retos”.
