Amanda N. Villaseñor Pérez

Crónicas cecehacheras

Lo único que lamenta es que le haya tocado vivir la pandemia

Crónicas cecehacheras
Lo único que lamenta es que le haya tocado vivir la pandemia

Mi querido CCH:

 Aún recuerdo, como si hubiera sido ayer, el día que lloré de emoción cuando leí “aspirante seleccionado” y me quedé en el plantel Naucalpan para comenzar a vivir mi sueño de ser universitaria, tal como lo había hecho mi mamá;  cuando conocí el plantel estaba muy nerviosa porque era una nueva etapa, totalmente distinta a la primaria y la secundaria, donde no hice muchos amigos porque sufría de bullying. 

Esto me tenía tan temerosa de entrar a Colegio, pues no sabía qué me esperaba, pero afortunadamente, a los pocos días grité mi primer Goya, fue un momento hermoso, ojalá se repita una y otra vez… Empecé a conocer chicos que acabarían siendo mis amigos y, con el paso de los días, me fui desenvolviendo. En Naucalpan pude ser yo, sin temor a ser juzgada y eso me agradó mucho.

Poco a poco, el CCH logró entrar en mi corazón y ablandarlo para hacer amistades y crecer como persona. Hoy puedo decirles que todo lo que viví dentro de mi plantel es irremplazable, tanto los buenos como los malos momentos. Conocí a muchas personas que me guiaron y apoyaron para alcanzar la meta de terminar mi bachillerato y estoy muy agradecida.  Fue una etapa muy bella pero ahora debo dar el siguiente paso, hacia la carrera de Médico Cirujano.

 

Se atravesó el Covid

Lo que más me duele es que me haya tocado vivir la pandemia por Covid-19, aunque eso también nos abrió puertas al mundo digital y todos tuvimos que aprender a desarrollarnos y desenvolvernos en esta área. Nos adaptamos y evolucionamos, pero lamento mucho los decesos de gente del plantel.

Supe de profesores que cayeron en la enfermedad y que salieron; pero también me tocó ver algunos amigos estar en circunstancias muy graves sin que pudiera externarles mi apoyo por sus padecimientos más que por medio de una pantalla. Vivimos una realidad muy dura en la que aprendimos a luchar y salir adelante para no dejar los estudios.

Algo que es invaluable para mí es que gracias a esta hermosa institución conocí a un gran chico con el que estoy descubriendo el amor, un sentimiento que no había experimentado y de esta manera he crecido y amado. También debo reconocer a mis profesores, quienes aportaron su granito de arena para que hoy esté concluyendo mis estudios de bachillerato.

Por todo eso, me cuesta mucho decir adiós al plantel , pues fue una de las mejores etapas y la recordaré toda mi vida. Naucalpan fue mi segunda casa durante estos tres años, me vio crecer y transformarme en una chica con hambre de superarse. Me voy con un buen sabor de boca, sabiendo que cuando cumpla mi meta como médica cirujana recordaré que todo empezó en esta institución por la cual siento un gran orgullo. 

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