La sustentabilidad es un concepto comparativo, un termómetro para comparar lo que se ha hecho ayer y hoy en el planeta en tres esferas: lo social, el aspecto ambiental y lo económico, fue una respuesta ante las crisis socioambientales y dada su complejidad requiere de la colaboración de varias disciplinas, y de las sociedades en su conjunto, así lo expusieron Carlos Muench Spitzer y Verónica Solares-Rojas, de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, ante la comunidad del Colegio de Ciencias y Humanidades, durante la conferencia “Desarrollo sustentable o sustentabilidad”.
Contrario a este término, el concepto de desarrollo sustentable privilegia el crecimiento económico sobre las otras dos esferas de la sustentabilidad, que son la sociedad y el medio ambiente, “nuestra calidad de vida no tiene que ver sólo con ingresos económicos, el bienestar humano está medido a partir de los ingresos económicos porque hay un modelo de desarrollo que favorece eso”, señaló Solares-Rojas.
Es decir, incluye la idea de que sólo hay un camino para el desarrollo, el crecimiento económico es el objetivo final, es un concepto más político y publicitario. Por otro lado, la idea de sustentabilidad tiene que ver más con cambios sociales profundos, cambios en el sistema, y cómo nos relacionamos como especie con el resto de la biota, de la naturaleza, y en particular con cambiar nuestros patrones de producción, nuestros sistemas productivos y el impacto que producen y vinculados a eso, nuestros patrones de consumo, agregó Muench Spitzer.
Al respecto, el científico mencionó las crisis ambientales, pero también sociales, como el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la alteración de los ciclos biogeoquímicos, cambios en el sistema de la tierra, sobreexplotación, deforestación, contaminación, etcétera; así como los aspectos sociales como la inequidad de la distribución de recursos.
Todo lo anterior, dio paso al surgimiento del concepto de sustentabilidad, una idea que partió de la publicación del libro La Primavera silenciosa, de Rachel Carson, a raíz de estas señalizaciones sobresalen las diferencias entre los que buscan el desarrollo y los que se inclinan por el cuidado de la naturaleza, precisó.
El término de sustentabilidad, apuntó Muench Spitzer, se utilizó por primera vez en el ámbito forestal para ilustrar cómo se aprovecha la madera, es decir, cosechar solamente lo que el bosque puede producir, la rapidez con que se obtiene esos recursos no puede ser mayor a lo que el bosque da.
El concepto de desarrollo sustentable más conocido se dio en el Informe Brundtland en 1987, donde señala que se debe “asegurar que se satisfagan las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”. Ante esto surgieron críticas al concepto, sobre todo porque es una idea de los países poderosos del norte para seguir con su crecimiento económico haciendo algunas adecuaciones para minimizar el impacto de este desarrollo, subrayó.
Acciones universitarias
Para responder a las crisis socioambientales, la Universidad Nacional firmó la Declaración de Talloires, creó la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, es miembro de la International Sustainable Campus Network y se unió a la Global Sustainable Development Solutions Network y lanzó la SDSN México. También ha generado iniciativas en los campus, como separación de basura, gestión de residuos orgánicos, bebedores, celdas solares, red de autobuses de transporte, conservación de ajolotes, prestamos de bicicletas, entre otros.
No obstante, puntualizó Verónica Solares-Rojas, son importantes las acciones personales, y ante esto hizo un llamado a los estudiantes a ser partícipes de dichas acciones a nivel personal, familiar y de comunidad, y de construir redes de colaboración.
