La creatividad y la curiosidad, cualidades básicas para hacer ciencia, no son exclusivas sólo de hombres o de mujeres; ambos pueden ser buenos científicos y científicas sin morir en el intento, afirmó la bióloga María Leticia Arena, quien recomienda a niñas y jóvenes que, si tienen pasión por el área, se animen a hacerla suya, sin importar lo difícil del camino, pues la ciencia las necesita.
Entrevistada en el marco del 11F, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la egresada del plantel Sur del CCH, quien hoy es una destacada científica, compartió que siempre exhorta a sus alumnos y alumnas para que se lancen con todo, no sólo al área experimental, sino también hacia todo aquello que les apasiona, les haga brillar los ojos y los lleve a emocionarse.
“A ellas les echo porras para que, si así lo desean, elijan la ciencia como camino, pues esta área las necesita y mucho, pero deben tener claro que si se van a consagrar a la ciencia, no tienen que renunciar a nada por ella, porque en mi generación sí era mucho de: si te casas ya no puedes ser científica”.
Ahora, dijo, a científicas como ella, que han dado la batalla, superado algunos clichés e infinidad de machismos, les toca alzar la voz y decir: “sí se puede, si decides ser matemática, física o ingeniera (carreras STEM, Science, Technology, Engineering and Mathematics), no tienes que renunciar a nada. Una cosa no está peleada con la otra”.
En su caso, dijo, además de científica quiso ser madre y tiene tres hijos. Desde hace tiempo también se dedica a fotografiar la naturaleza e incluso produce su propio vino, que es una bebida ancestral, elaborada mediante la fermentación de la miel.
Nada es miel sobre hojuelas
Sin embargo, reconoció, el camino no ha sido llano, persisten situaciones y aunque en el ámbito de la Biología ese ambiente hostil no es tan marcado como en las ingenierías, sí le ha tocado sufrir desde chistes machistas hasta la discriminación de quedar fuera de una beca sólo por estar embarazada.
“Me faltaba muy poco para titularme, pero cuando mi profesor supo que estaba embarazada ya no quiso renovarme la beca, ahí perdí dos años hasta que conseguí apoyo para regresar a Francia y presentar mi examen. Él dijo: ya se embarazó, no se va a dedicar más a esto, y me dejó fuera”, refirió.
Bióloga desde el Colegio
Al hablar sobre lo que la llevó a estudiar Biología, la actual responsable del Laboratorio de Estudios Ecogenómicos de la UNAM, con sede en el Parque Científico Tecnológico, de Sisal, Yucatán, recordó que siempre fue consciente de su gusto por la naturaleza y su inclinación hacia esa carrera, aunque, reconoció, estuvo a punto de “regarla”, pues inicialmente se inscribió en Comunicación.
“El Colegio me dio las herramientas y la información necesaria para que eligiera mi carrera; creo que entonces, como ahora, la presión es social, incluso familiar, porque hay una preocupación que subsiste cuando dices que estudiarás tal o cual carrera y es ¿de qué vas a vivir?”
Pero esa no debería ser una inquietud, consideró, pues en Biología hay mucho que hacer y aprender. La ciencia tiene muchos encargos, está vigente porque tiene mucho que descubrir, entender y solucionar, y se necesitan muchas mujeres científicas que tengan esa pasión por encontrar explicaciones a los fenómenos naturales.
Actualmente, muchas explicaciones sólo consideran el punto de vista masculino, lamentó la experta en Biología molecular y Manejo de zonas costeras, para quien la opción es trabajar en equipo con puntos de vista complementarios, porque es hora de dejar atrás esa añeja competencia entre hombres y mujeres, concluyó.