“Es un gran motivante para mi práctica docente, pues me dice que estoy haciendo algo bien, obviamente hay mucho más que aprender. Este premio te mete en el camino de seguir mejorando como docente, de continuar prestando un servicio de corazón a la UNAM, de aportar a la sociedad, de ayudar a los jóvenes a transformar su vida a algo mucho mejor, es un gran reconocimiento y un privilegio”.
Así lo expresó Elisa Silvana Palomares Torres, académica del plantel Sur, y ganadora del Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos 2020 en el área de Docencia en Educación Media Superior en Humanidades, ciencias sociales y económico-administrativas.
Con 10 años de docencia en el Colegio, donde ha impartido las asignaturas de Historia Universal e Historia de México, la profesora afirmó que el CCH le ha cambiado la vida, al darle un desarrollo profesional y académico; donde ha aprendido el trabajo colaborativo, que es uno de los principios de la institución, así como a entender la complejidad del mundo de la Universidad, y de los jóvenes, sus circunstancias y la posibilidad de impactar en ellos.
“Me ha dado la oportunidad de desarrollar investigación en ámbitos que no imaginaba; de aprender sobre los problemas de mi disciplina; ha sido un aprendizaje integral, profesional, académico e incluso como ser humano, es un mundo de muchas visiones que te aportan siempre algo nuevo y que te hacen crecer”.
Por lo que, apuntó, es muy significativo el haber sido propuesta. “Me dio gran alegría que la institución reconociera el trabajo que he realizado con mucho cariño, de repente lo dudas, pero cuando lo ves, tienes un camino hecho, entonces puedes ser candidato a un premio”.
También, agregó, se sintió orgullosa de servir a la Universidad. “Le tengo un gran amor por mis estudios, después por mi carrera académica, donde ha sido un gran placer retribuirle, y ahora que me reconozcan es maravilloso”.
Ante las nuevas exigencias que implica el ser docente, Palomares Torres admitió que son múltiples y de distinta índole, pero necesarias. Una de ellas es la necesidad de una docencia más incluyente; la pandemia ha puesto en evidencia problemáticas sociales de desigualdad en la sociedad mexicana, por lo que generar una enseñanza que sea lo más inclusiva posible, que mire a lo significativo, es importante, puntualizó.
“Además de ser sensibles a esos entornos de desigualdad. La escuela es un espacio de socialización, de convivencia afectiva emocional, y destacarlo ahora que no estamos de manera presencial es fundamental. Se trata de una educación más humanista, no de valores en el vacío, que no se pierda de vista la formación de las personas, y que permita el diálogo, la empatía, colaboración, responsabilidad y participación en nuestra sociedad” .
Finalmente, destacó lo relevante que es visibilizar el trabajo del bachillerato, que se reconozca la labor de sus profesores.
