El Síndrome Duchamp

El migrante desde la individualidad

Pueden reconocerse temas universales que nos han atañido como humanidad

El migrante desde la individualidad
Pueden reconocerse temas universales que nos han atañido como humanidad

El pasado viernes 13 de enero, en el ciclo ¡Viernes, Teatro, Acción!, que se transmite en los canales oficiales del CCH, se presentaron Antonio Vega y María Kemp, intérpretes de El Síndrome Duchamp que se estrenó el 19 de enero en el Foro Lucerna y que estará en cartelera hasta el 12 de marzo, jueves y viernes a las 20:30, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas.

Esta obra se estrenó hace 10 años en Singapur, después estuvo en temporada en el Teatro el Galeón, del INBAL en la CDMX, más adelante en el Flea Theater, en NY y ahora, gracias a el estímulo del EFI, regresa a la ciudad de México, en un momento en que su pertinencia es evidente.

El Síndrome Duchamp cuenta la historia de Juan, inmigrante en Estados Unidos, quien busca triunfar en los escenarios como comediante. Pero la obra es mucho más que esa diégesis. El texto nos hace cuestionar la condición del migrante desde la individualidad.

A través de la obra observamos cómo los anhelos de las personas son siempre los mismos: el reconocimiento de los padres, el deseo de ser objeto del amor de alguien, alcanzar el éxito en aquello que nos gusta hacer, nuestra relación con las manifestaciones artísticas y el deseo de cuidar a quienes amamos. Es en esta historia individual que se pueden reconocer temas universales que nos han atañido siempre como humanidad.

Más allá de la temática -que resulta muy atractiva- es la forma en que la historia llega hasta el público lo que hace de ésta una pieza indispensable.

Con más de trecientos objetos de utilería, dentro y fuera del espacio escénico, Antonio Vega y Ana Graham (quienes en conjunto están a cargo de la dirección) nos ofrecen un meticuloso trabajo en el que cada pieza compone parte de una ingeniería precisa que alimenta la imaginación de Juan y de quienes viven la historia con él.  Así pues, resulta muy atractivo ver una obra de teatro cargada de detalles que se emplean con exactitud para lograr el efecto que se proponen.

El Síndrome Duchamp es un oasis de teatralidad en un México cuyo teatro difícilmente se atreve a vivir fuera de la linealidad de las acciones. En esta obra el tiempo es elástico, se va hacia adelante y hacia atrás sin mucha explicación y no importa, pues son las repercusiones de lo que ocurre lo que nos llega.

Además de los saltos temporales, la obra juega magistralmente con la ficcionalidad, pues a través de mini relatos, el público se ve sumergido en cuestionamientos relacionados con las propias características de la ficción, bombardeándonos con juegos de teatro dentro del teatro, mismos que, sin embargo, se encuentran contenidos en el mundo interior de Juan, así como en su realidad como comediante y contador de historias.

La obra también nos ofrece un empleo inusual de la multimedia. En esta propuesta el teatro se combina con el video con el objetivo de permitirnos ver de cerca el detalle de los pequeñísimos objetos escénicos.

La inclusión de estos objetos no es arbitraria. Por el contrario, forman parte de la experiencia de vida que Juan nos comparte como inmigrante de Estados Unidos, son necesarios y se despliegan ante nuestra mirada de forma original, sorprendente y coherente.

Uno de los muchos aciertos de esta propuesta, y que puede ser muy atractivo para la comunidad cecehachera, son los cuestionamientos que plantea sobre el arte y con los que podemos sentir una identificación inmediata.

A lo largo de la historia, Juan nos comparte las reacciones que experimenta al leer, al escribir, al visitar un museo, o al entrar en contacto con la música, por mencionar sólo algunos.

La experiencia de Juan nos permite recordar nuestras propias reacciones frente al arte, así como liberarnos de la necesidad de aceptar toda expresión artística como bella ante nuestros ojos.

Por Piedad Teatro es la compañía que produce El Síndrome Duchamp y con la intención de que nuestra comunidad estudiantil pueda ver esta propuesta ha acordado aplicar un descuento del 60% para quienes muestren su credencial del CCH y adquieran su boleto en taquilla. Vale la pena mencionar que este descuento aplica sólo por un boleto por credencial y que se ofrece para que nuestros estudiantes puedan disfrutar de la obra.

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