En poblaciones estudiantiles como la del CCH es común encontrar que los jóvenes manifiesten el sentimiento de miedo, especialmente en este momento de pandemia, ya que genera incertidumbre y es asociado a algo negativo.
Sin embargo, sentir miedo es beneficioso, pues pone a los seres humanos en estado de alerta, “es una respuesta defensiva exitosa que nos hace sobrevivir”, explicó la psicóloga Rebeca Corona Candelaria.
Durante la Jornada Nosotros los adolescentes: retos y decisiones, organizada por el Departamento de Psicopedagogía del plantel Vallejo, la terapeuta familiar explicó que hay que aprender a gestionar el miedo, ya que cuando uno lo siente atraviesa por un periodo de confusión; “en tus manos está prevenir actos y acciones negativas. Va a durar sólo un tiempo, sin embargo, en ocasiones, impulsa a tener conductas que nos ponen en riesgo”.
Primero se tiene que identificar qué es lo que hace sentir el miedo, esta parte puede tomar algo de tiempo, pero ayudará a visualizar soluciones. Si se actúa por situaciones negativas es probable que uno se deje llevar por lo que dicen otros.
Un ejemplo es la contingencia por Covid-19, la cual primero generó miedo, pero la psicóloga recomienda tomar un tiempo para identificar lo que sentimos, y eso ayudará a no actuar de manera irresponsable y enfatizó: “No permitan que el miedo les quite la libertad, no permitan que los pensamientos catastróficos los convenzan de que no hay salida”.
Recomendaciones
Habitar el miedo. Es escuchar nuestro cuerpo, aprender a tolerar la incertidumbre, tocar emociones tanto agradables como desagradables.
Movilizar el miedo. Lo que no puede suceder es que el miedo te ponga en riesgo. Los jóvenes están en el desarrollo de habilidades, y el sistema nervioso central tiene un área que controla los impulsos, el cual es necesario afinar para que cuando te enfrentes a estos eventos, no actúes sin freno.
Expandir y compartir con otros los momentos donde pensamos que no hay salida y en grupo encontrar la solución. Es recuperar el sentido de comunidad.
Fluir y aceptar que no tenemos todas las respuestas.
