Desde los 7 años, Joshua Alexander Rico Prado ha encontrado en el karate no sólo un deporte, sino un camino hacia el autoconocimiento y la superación personal.
Por ello, el estudiante del plantel Azcapotzalco comparte cómo esta práctica ha marcado profundamente su vida y moldeado su visión del mundo.
La historia de Joshua con el karate comenzó como una respuesta a un desafío de su niñez: el bullying. “Mi madre decidió inscribirme a karate como defensa propia y desde entonces le tomé gusto”.
Lo que inició como una herramienta para protegerse se transformó en una pasión que le ha acompañado durante más de una década.
Para Joshua, el dojo donde entrena es más que un espacio de práctica: es una segunda familia. Su profesor de karate ha sido una figura paterna clave en su vida, guiándolo no solo en las técnicas del arte marcial, sino también en valores fundamentales como la perseverancia y el respeto.
“Les tengo mucho cariño a mis compañeros; el dojo es un lugar donde siempre me siento apoyado”, aseguró.
Joshua practica el estilo shotokan, originario de Japón y fundado por Gichin Funakoshi. Este estilo se distingue por sus movimientos precisos y su enfoque filosófico, algo que ha influido en Joshua.
“El karate no es solo ganar a tus rivales, sino ganarte a ti mismo. Es una disciplina que te enseña a mejorar y a entregar el alma en todo lo que haces”, explica.
Con alrededor de 20 medallas obtenidas en torneos locales, Joshua valora cada competencia como una oportunidad para superarse.
“Mi objetivo no es vencer a los demás, sino ser mejor que el día anterior”, afirmó; para él, el verdadero logro reside en la dedicación y la constancia.
Pensando en su futuro, Joshua planea estudiar economía o contaduría en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, sin abandonar el karate.
Por último, Joshua destaca el valor del karate como una práctica que va más allá del cuerpo. “Es un deporte individual, pero fomenta el compañerismo. Además, te brinda paz espiritual, porque te enfocas en el presente y dejas a un lado el estrés”, concluyó.
Quiero mantener un equilibrio entre mis estudios y mi pasión por el karate. Ambos son fundamentales en mi vida”.