El 19 de noviembre de 1984, los alumnos que llegaron por la mañana al plantel Vallejo para tomar sus clases comentaban la terrible explosión ocurrida en instalaciones de Pemex (Petróleos Mexicanos) en San Juan Ixhuatepec, Tlalnepantla, Estado de México. Aproximadamente a las 5.40 de la madrugada ocurrió la primera de varias explosiones en cadena, provocadas por los estallidos de los enormes contenedores de gas, se calcula que murieron entre 500 y 600 personas, hubo dos mil heridos, 10 mil damnificados y más de mil 500 casas destruidas.
Las personas comenzaron a llamar a los noticieros de radio y televisión para narrar que el primer estallido provocó un hogo luminoso de dos kilómetros de altura que abarcó los municipios de Santa Clara, Tlalnepantla y Ecatepec, incluso personas en diferentes puntos del entonces llamado Distrito Federal dijeron haber visto el cielo iluminado en esa dirección. El sismológico de la UNAM registró ocho sismos de gran magnitud provocados por las explosiones.
Antes del mediodía, un grupo de estudiantes del plantel Vallejo se había organizado para apoyar a la gente que llegaba a la antigua Basílica de Guadalupe, que se habilitó como alberge provisional. Se podía observar cómo llegaban hasta el lugar camiones de la extinta Ruta 100 y autos particulares con lesionados; así como personas que llevaban comida, ropa y medicamentos para los obrevivientes del día en que el infierno los despertó con flamas e ira.
Acaso sería la ira con la que un hombre disparó para quitarle la vida al periodista Manuel Buendía cuanto éste salía de su oficina, ente Insurgentes y Reforma, el 30 de mayo. El asesinato conmovió al gremio periodístico, pues el reportero, que había desempeño su labor profesional en La Prensa, El Día, El Sol de México, El Universal, Excélsior, Proceso y Canal 11, creó escuela en el periodismo por su valor para informar; así como por denunciar en su columna “Red Privada” asuntos relacionados con la CIA y la derecha política del país, dijo en su momento el escritor Fernando Benítez, quien agregó: “La prensa nacional ha perdido a su más grande columnista”.
En enero de ese año, en nuestra casa, el CCH, se llevó a cabo el Primer Concurso Universitario Juvenil de Ciencias. Estimular la Creatividad en el Campo Científico, cuya misión fue propiciar y difundir los conocimientos científicos entre la comunidad universitaria y la población. “En esta actividad del Colegio, los programas de extensión y los recientes proyectos editoriales de la institución, destaca el interés por divulgar temas científicos”, afirmó Alfonso de María y Campos, coordinador de Extensión Universitaria.
Mientras que el 27 de enero, Javier Palencia Gómez, coordinador del Colegio, nombró a Norman McQuown coordinador del Proyecto Académico de Doctorado en Investigación Antropológica de la Unidad Académica de los Ciclos Profesional y de Posgrado (UACPyP) del CCH, e indicó que “el proyecto conjuga experiencias locales y externas, que permitirán establecer las condiciones para que sea de los mejores en el nivel internacional”.
Por otra parte, el 26 de octubre, al concluir el Encuentro sobre las Perspectivas del Bachillerato del CCH, “los profesores de la institución discutieron aspectos relacionados con el bachillerato Universitario, y se recogieron opiniones y sugerencias de quienes conocen al Colegio desde su creación”, dijo Consuelo Ortiz de Thomé, directora de la Unidad Académica del Ciclo de Bachillerato (UACB).
Y el 21 de mayo Juan Recio Zubieta fue designado director del plantel Azcapotzalco para el periodo 1984-1988. En el plano internacional destacaron los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, Estados Unidos, entre el 28 de julio y el 12 de agosto.
