Cifras recientes estiman que en el mundo más de 650 millones de personas presentan obesidad. Esta condición no solo perjudica áreas de la sanidad como la salud cardiovascular o los huesos, además de la estética y la autoestima, también afecta a capacidades cognitivas como la memoria y el aprendizaje.
De acuerdo con un estudio realizado por investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Princeton, se analizaron a ratones obesos y se encontró que el sobrepeso excesivo mata las células nerviosas en el hipocampo.
Una de las consecuencias menos conocidas de la obesidad en los seres humanos son sus efectos nocivos sobre la cognición. Ahora se han estudiado a fondo los mecanismos celulares que influyen en el declive cognitivo asociado a la obesidad crónica.
Las personas con obesidad tienen más problemas para aprender nuevas tareas o recordar cosas, ya que tienen afectada la plasticidad cerebral y tienen menos probabilidades de poder reordenar sus cerebros y encontrar nuevas vías neuronales.
Un comparativo entre un grupo de personas con obesidad y otro con un peso saludable registró que este último grupo tuvo una actividad neuronal significativa en respuesta a la estimulación, lo que sugiere una respuesta normal de plasticidad del cerebro.
Por el contrario, la respuesta en el grupo de obesos fue mínima, lo que sugiere que su capacidad de cambio se vio afectada. Esta es una primera evidencia fisiológica de que existe un vínculo entre la obesidad y la reducción de la plasticidad cerebral.
La obesidad está asociada con una serie de efectos adversos para la salud, como un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos y demencia.
Además, se relaciona con un deterioro de la función cerebral, lo que añade más apoyo a la necesidad de abordar la epidemia de la obesidad.
Estos nuevos hallazgos sugieren que la pérdida de peso es, en particular, importante para un envejecimiento cerebral saludable o para la recuperación de las personas que sufren lesiones cerebrales, donde el aprendizaje es fundamental para la recuperación.
Afectaciones
La obesidad puede tener un impacto significativo en el aprendizaje y el rendimiento académico de una persona, en especial, en niños y adolescentes.
Algunas formas en las que la obesidad puede afectar el proceso de aprendizaje son los problemas de salud, ya que la obesidad está asociada con la diabetes tipo 2, la hipertensión, las enfermedades cardíacas y la apnea del sueño. Estas condiciones pueden afectar de manera negativa la concentración, la energía y la capacidad de aprendizaje de una persona.
También impacta en la autoestima y bienestar emocional, a medida de que los niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad pueden experimentar problemas de autoestima y bienestar emocional debido a la estigmatización y el acoso. Esto puede distraerlos de los estudios y hacer que se sientan menos seguros en el entorno escolar.
Otra repercusión es la fatiga, ya que las personas con obesidad e menudo experimentan cansancio debido al esfuerzo adicional que supone llevar peso adicional. La fatiga puede dificultar la concentración y la capacidad de aprender.
Asimismo, el estrés es común en personas con obesidad, ya que pueden enfrentar desafíos sociales y emocionales relacionados con su peso. El estrés crónico puede afectar de forma negativa la memoria y la función cognitiva.
Aunado a ello, las personas con obesidad a menudo tienen hábitos alimenticios poco saludables, que pueden incluir el consumo excesivo de alimentos ricos en grasas y azúcares. Estos hábitos pueden afectar la concentración y el estado de ánimo, lo que puede obstaculizar el aprendizaje.
También influye la poca actividad física. La obesidad puede llevar a un estilo de vida más sedentario, ya que las personas pueden sentirse menos motivadas para participar en actividades físicas. La actividad física regular está relacionada con el rendimiento cognitivo y el aprendizaje.
Por último, tiene repercusiones con los problemas de sueño. La obesidad puede aumentar el riesgo de trastornos como la apnea. La falta de sueño de calidad puede afectar la concentración y la memoria.
Es importante destacar que la relación entre la obesidad y el aprendizaje es compleja y multifacética.
No todas las personas con obesidad experimentarán estos problemas de la misma manera, y otros factores, como el entorno familiar y escolar, también desempeñan un papel importante.
El apoyo adecuado, tanto médico como emocional, puede ayudar a abordar estos desafíos y mejorar el rendimiento académico de las personas con obesidad.
Además, promover un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada y la actividad física regular puede tener beneficios tanto para la salud como para el aprendizaje.