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Sueño alcanzable

Favorece la salud mental y el bienestar general, dice experto

Sueño alcanzable
Favorece la salud mental y el bienestar general, dice experto

Dormir bien es tan relevante que todos los años la Sociedad Mundial de Sueño organiza un día mundial al que le asigna un lema, en esta ocasión fue “Sueño de calidad, mente sana y mundo feliz”. ¿Pero qué tiene que ver el sueño con nuestra salud mental y vivir bien, ser felices y disfrutar la vida?, se preguntó Ulises Jiménes Correa, doctor en Psicología por la UAM y especialista en trastornos del sueño.

El sueño no es una pérdida de tiempo, el cerebro lo necesita, “desafortunadamente vivimos en sociedades que trabajan y se mantienen activas las 24 horas del día, los siete días de la semana, casi siempre tenemos una privación parcial, pero crónica de sueño”, indicó el investigador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM .

Al ofrecer la charla “Dormir bien, una meta alcanzable”, en el marco del Día Mundial del Sueño (18 de marzo), recordó que “durante la pandemia estuvimos todos en el mismo espacio y la casa se convirtió al mismo tiempo en oficina y escuela; el hacinamiento fue uno de los factores psicosociales que vino a estropear nuestra calidad de sueño”.

¿Pero qué es? Explicó que el sueño es un proceso, un ritmo biológico, que se ha identificado en múltiples organismos como los ovíparos, mamíferos y en seres humanos; es una necesidad que debemos satisfacer adecuadamente, igual que nuestra alimentación o la necesidad de tomar líquidos, hacerlo de forma idónea nos va a permitir estar sanos, dormir mal nos hace proclives a enfermedades.

El principal controlador de esta necesidad, dijo, es nuestro cerebro, donde tenemos diferentes estructuras que hemos refinado y especializado a través de miles de años de evolución, estas estructuras nos permiten dormir de noche, otras para estar despiertos de día y unas más para empezar a dormir y para despertar.

Aunque no es una regla, resaltó, un adulto joven puede dormir en promedio ocho horas por día, 56 a la semana, 240 por mes y acumular casi tres mil horas de sueño al año, “imaginen la importancia que tiene el sueño para nuestro cerebro, para tener que dormir esta cantidad de horas al año, en 60 años de vida, más o menos son 20 años de sueño”, señaló.

El psicólogo abundó que hay múltiples factores que determinan nuestra forma de dormir, unos propios de nuestro organismo, pero también externos, como los alimentos, los periodos de aprendizaje, la estimulación que nos rodea en la noche, además de factores psicológicos y sociales.

Para dormir adecuadamente, recomendó un espacio libre de polvo, silencioso, oscuro, un colchón cómodo, evitar el consumo de sustancias con efecto activador de nuestro cerebro como la cafeína, el chocolate, el tabaco, la cocaína.

Otras sustancias actúan como depresoras del funcionamiento de nuestro cerebro: el alcohol, la mariguana  o medicamentos para dormir no recetados, también puede influir en la calidad del sueño una siesta prolongada o si nos pasamos todo el día viendo TV, en la noche no vamos a tener necesidad de descanso, advirtió.

“El principal sincronizador de nuestra vigilia es la luz natural, cuando amanece es un estímulo que nos ayuda a despertar y cuando oscurece es el estímulo que espera el cerebro para producir el sueño”.

 

El ABC

Tener un horario establecido para acostarse y levantarse; dormir en promedio ocho horas, tener actividad con luz natural.

La siesta es buena mientras sea breve (15 o 20 minutos); cena ligera, sin grasas y condimentos (al menos un par de horas antes de acostarse), evitar los dispositivos una hora antes de acostarse, y aprender una técnica de relación antes de dormir, sobre todo, si se tuvo un día pesado.  

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