DOCTORA MARCELA AMARO ROSALES

“Justo en el CCH germinó mi labor como investigadora”

El Colegio le abrió un mundo de posibilidades de desarrollo académico, afirma la integrante del IIS y egresada de Naucalpan

“Justo en el CCH germinó mi labor como investigadora”
El Colegio le abrió un mundo de posibilidades de desarrollo académico, afirma la integrante del IIS y egresada de Naucalpan

Lo que empezó como una actividad habitual en el salón de clase, hoy es su labor profesional. Las preguntas que surgían como lluvia de ideas entre los adolescentes, poco a poco se fueron formalizando hasta convertirse en respuestas que hoy presenta para entender aspectos sociales sobre ciencia, tecnología e innovación.

“Nos pasábamos discutiendo con los compañeros y con los profesores acerca de la problemática social que había en el país, y para mí todo esto fue un incentivo”, así lo recuerda la doctora Marcela Amaro Rosales, egresada destacada del plantel Naucalpan y actualmente integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

“Me gustó que en todas las materias se promovía la lectura por cuenta propia, lo que me ayudó a generar muchas habilidades educativas y capacidades para hacerme cargo de mis materias. El mobiliario permitía la forma de mesa redonda que no era lo típico. Desde la verticalidad con tus profesores había una relación muy cercana, hasta la verticalidad con tus compañeros y las clases. No era que el profesor iba y te adoctrinaba; este ambiente era más de debatir y generar ideas propias”, refiere la especialista.

 

Una época interesante

Amaro recuerda que estudiaba en el turno de la tarde, donde la dinámica escolar era diferente: “Tenía muchos compañeros que trabajaban, y eso marcaba la diferencia, ya que iban a la escuela para aprovecharla”.  También había una gran organización estudiantil para discutir temas de política. En un inicio no estaba involucrada, pero después de la huelga 1999 participó en las elecciones internas: fue consejera técnica del CCH en su último año.

“Fue una época interesante. Para empezar, había un desgaste muy importante en términos de organización estudiantil por lo que había representado la huelga, y me interesó ver qué podía hacer. Aprendí en términos administrativos y académicos cómo funcionaba el CCH, además de buscar alternativas para tener mayor seguridad en los planteles. Resultó una buena experiencia, porque, como estudiante, poco nos enteramos de cómo se llegan a acuerdos. Me permitió conocer a compañeros y profesores de todos los planteles.”

En el proceso por decidir qué profesión elegir, la investigadora para organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destaca que siempre tuvo interés por estudiar alguna carrera de ciencias sociales, pero no tenía muy claro cuál. “En el último año, cuando se tenía la oportunidad de elegir materias, me permitió hacer una mezcla de disciplinas. Además de la comunicación con los profesores, encontré que la economía era la única materia donde se conjugaban las matemáticas y las ciencias sociales”.

Al referirse a la característica más importante de los egresados del CCH, señala que son los que más hablan “porque teníamos esta educación basada en la discusión y la argumentación. Estaba mucho más desarrollada nuestra capacidad analítica”.

 

Desafíos en el medio siglo del CCH

De frente a los nuevos retos del Colegio en su cincuentenario, la investigadora precisa la importancia de promover la organización para fines académicos, ya que de esta manera se impulsa el sentimiento de comunidad, se debe de recuperar la colectividad y fomentar lazos con otros grupos sociales, en general con la sociedad, y más conexión entre profesores y alumnos.

Ante los problemas actuales “cada vez más complejos”, sostiene, se requiere de formaciones multidisciplinarias abiertas, que aprendan a dialogar. “Le llamaría la plasticidad en la formación y esto lo da el CCH, pues te permite ser mucho más abierto, donde el modelo educativo basado en aprender a aprender es fundamental. Es necesario formar alumnos críticos, con dudas, y que se cuestionen”.

Para concluir, hace un llamado a los jóvenes del CCH para que nunca dejen de alimentar su curiosidad sobre el mundo que les rodea y a valorar a la institución a la que pertenecen, “pues somos privilegiados de tener educación pública y gratuita de la calidad”.

Sin duda, “aprovechen al máximo sus profesores y amigos, ya que es una época que te forma como persona. Si te haces responsable de tu vida académica será más fácil el camino que venga por delante. El CCH te abre un mundo de posibilidades y para mí ha sido columna vertebral en mi formación académica. Lo que soy y mi labor como investigadora vienen de ahí”.

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