Taurino Marroquín Cristóbal

Desarrolló generador y reactor de amoniaco

Impide que haya toxicidad en prácticas de laboratorio

Desarrolló generador y reactor de amoniaco
Impide que haya toxicidad en prácticas de laboratorio

Tras un extenso tiempo de espera, el profesor de Química y jefe de los Laboratorios LACE del Sistema de Laboratorios para el Desarrollo y la Innovación (Siladin) de Naucalpan, Taurino Marroquín Cristóbal, recibió el aval del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) que declara la originalidad en el desarrollo de un generador y reactor de amoniaco.

En una emotiva ceremonia, el cuerpo directivo del plantel, encabezado por Keshava Quintanar Cano, felicitó al docente inventor por su trabajo y por lograr ser uno de los primeros en obtener una patente de este tipo.

Entrevistado al respecto, Marroquín Cristóbal declaró que este prototipo nace por la necesidad de hacer reacciones químicas que tienen que ver con el aprendizaje de Química 3, Unidad 3, el cual es fertilizante. Recordó que todos sus colegas, maestros de Química, realizaban experimentos en el laboratorio curricular o en el Siladin.

Él se dio a la tarea de hacer algunas modificaciones en los procesos, teniendo en cuenta la neutralización de las sustancias que pudieran afectar al medio ambiente: “aquí en el laboratorio hicimos los primeros prototipos de tubos rectos sellados, con mangueras y tapones de modo que ese amoniaco se generara en un matraz tipo kitasato, y hacíamos las reacciones, en una sola línea”.

Con lo anterior se buscó que los procesos químicos sean cerrados, “porque si nosotros como académicos permitimos hacer combustiones abiertas estamos liberando una gran cantidad de sustancias químicas peligrosas”. Por ello, agregó, tratan de producir equipos cerrados y que los contaminantes, sobre todo volátiles, se fijen químicamente, es decir, se neutralicen o se hagan inocuos haciéndolos burbujear en sustancias específicas.

Esto aplica en este prototipo. Incluso ya grabaron cómo producir fertilizante. El amoniaco reacciona con el ácido formando sal y agua; se fija y el producto es fertilizante, útil para las plantas, explicó.

El invento fue presentado en algunos congresos y, justo por recomendación de algunos profesores, quienes lo encontraron “muy innovador y eficiente”, se buscó patentarlo. “Solicité apoyo a los abogados del plantel y ellos me contactaron con los abogados a nivel central. Así fue como se hizo la solicitud al IMPI y ellos siguieron el proceso.

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