Propiciar el conocimiento, la reflexión y la sensibilización entre los estudiantes sobre las consecuencias del consumo de drogas es el objetivo de la "Estrategia en el aula: Prevención de adicciones", herramienta didáctica elaborada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y dirigida a profesores de educación básica y media superior.
El interés de la guía parte de que “la comunidad educativa es uno de los sectores de la sociedad más vulnerables y que padece profundamente las consecuencias negativas del uso de drogas. Algunos de estos impactos son bajo rendimiento académico, descenso de las calificaciones, desarrollo de conductas violentas, ausentismo y abandono escolar”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la droga o sustancia psicoactiva es “aquel compuesto de origen natural, semisintético o sintético que produce alguna modificación en una o más funciones en el organismo, sea cual sea la vía de administración”.
Y se clasifican por sus efectos en cuatro familias: depresores, “que suprimen, inhiben o reducen algunos aspectos de la actividad del Sistema Nervioso Central”; algunos en este rango son el alcohol, la cannabis, los analgésicos, las benzodiacepinas, los opiáceos y sus análogos sintéticos como el fentanilo.
En la categoría de estimulantes, las cuales “activan, potencian o incrementan la actividad del Sistema Nervioso Central”, se ubican la cafeína, la nicotina, la cocaína y la metanfetamina”.
En tanto, los alucinógenos “inducen alteraciones de la percepción y del pensamiento. Producen alteraciones leves en la memoria y la orientación”, entre estas se encuentran el dietilamida del ácido lisérgico (LSD), la psilocibina, la mescalina y el peyote.
Otro son los fármacos de uso médico, se refiere que “afectan directamente al Sistema Nervioso Central. Son medicamentos empleados en el tratamiento de los trastornos mentales, mismas que deben ser usadas únicamente por indicación terapéutica mediante una receta médica”, entre estos se ubican los ansiolíticos sedantes, como el clonazepam y diazepam; los antidepresivos, como la amitriptilina y la fluoxetina; y los antipsicóticos, como la risperidona y el haloperidol.
Actividades con alumnos
De esta manera, y a través de acciones breves, intervenciones semanales de diez a quince minutos, durante la jornada escolar, se busca “fortalecer en el estudiantado habilidades de autocuidado y toma de decisiones (…) y evitar los daños individuales y sociales asociados al consumo de drogas”. Además, dichas acciones se fortalecen “con el trabajo conjunto de toda la comunidad educativa: estudiantes, docentes y familias”.
El documento presenta información que va desde la clasificación de las drogas, hasta una descripción breve sobre algunas, qué es, cómo se consume, sus efectos físicos, psicológicos, y posteriores, sus principales riesgos para la salud, consecuencias legales, links a más información, una sección de mitos y realidades y una actividad sugerida para el docente.
También al final de la guía se incluye un glosario sobre el tema, códigos QR para acceder a un repositorio de consulta y de descarga de material adicional elaborada por otras dependencias oficiales; así como el registro de las referencias utilizadas y un directorio de contacto de algunas instancias de atención presencial, telefónica y en línea.
La guía "Estrategia en el aula: Prevención de adicciones" puede descargarse dando click aquí
