Este 2023 se cumplen diez años de la muerte del escritor colombiano Álvaro Mutis, además, en agosto pasado, el autor hubiera cumplido un centenario de vida. Recordar al autor del famoso personaje Maqroll el Gaviero resulta relevante y muy oportuno.
Mutis no sólo fue narrador y poeta, un excelente poeta, podría decir, sino que fue locutor, publicista, exiliado, preso político (encarcelado en Lecumberri, experiencia que le lleva a escribir un diario al respecto), periodista. Vivió en México una parte importante de su vida y fue un entrañable amigo de García Márquez, Carlos Fuentes, Luis Buñuel y Elena Poniatowska.
Hasta aquí la breve referencia de la biografía personal. Vayamos a los realmente importante de Mutis.
La saga sobre Magroll el Gaviero, personaje omnipresente en la obra del autor, va desde la narrativa, con la publicación de la primera novela con este protagonista: La nieve del almirante, para continuar con lona llega con la lluvia, Un bel morir, La última escala del Tramp Steamer, Amirbar, Abdul Bashur, soñador de navíos y Tríptico de mar y tierra.
Además de la copiosa producción narrativa, Maqroll hace su aparición en este universo mutiano en la poesía, el género que, a mí gusto, mejor ejerció Álvaro, con Los elementos del desastre.
LAS PLAGAS DE MAQROLL
“Mis Plagas”, llamaba el Gaviero a las enfermedades y males que le llevaban a los Hospitales de Ultramar. He aquí algunas de las que con más frecuencia mencionaba:
Un gran hambre que aplaca la fiebre y la esconde en la dulce cera de los ganglios.
La incontrolable transformación del sueño en un sucederse de brillantes escamas que se ordenan hasta reemplazar la piel por un deseo incontenible de soledad.
La desaparición de los pies como última consecuencia de su vegetal mutación en desobediente materia tranquila.
Algunas miradas, siempre las mismas, en donde la sospecha y el absoluto desinterés aparecen en igual proporción.
Un ala que sopla el viento negro de la noche en la miseria de las navegaciones y que aleja toda voluntad, todo propósito de sobrevivir al orden cerrado de los días que se acumulan como lastre sin rumbo.
Prosa poética o poesía en prosa, como sea que se le quiera decir es lo que Mutis ejercitó, con mucho talento, creando universo, viajes, océanos, incluso una mitología muy personal en torno al Gaviero. Creo que al leer las novelas del colombiano uno advierte, de inmediato, el pulso del poeta, la agilidad para crear un lenguaje acendrado.
Personalmente, a Mutis lo considero el autor más relevante de Colombia, a la par de García Márquez, precisamente por la habilidad para moldear las palabras, su labor como poeta no es menor, en ningún momento. Incluso, como lo charlé con Nadia López García, la extraordinaria poeta mexicana en una entrevista, leer a Mutis permite educar el ojo y controlar el ritmo.
SOLEDAD
En mitad de la selva, en la más oscura noche de los grandes árboles, rodeado del húmedo silencio esparcido por las vastas hojas del banano silvestre, conoció el Gaviero el miedo de sus miserias más secretas, el pavor de un gran vacío que le acechaba tras sus años llenos de historias y de paisajes. Toda la noche permaneció el Gaviero en dolorosa vigilia, esperando, temiendo el derrumbe de su ser, su naufragio en las girantes aguas de la demencia. De estas amargas horas de insomnio le quedó al Gaviero una secreta herida de la que manaba en ocasiones la tenue linfa de un miedo secreto e innombrable. La algarabía de las cacatúas que cruzaban en bandadas la rosada extensión del alba, lo devolvió al mundo de sus semejantes y tornó a poner en sus manos las usuales herramientas del hombre. Ni el amor, ni la desdicha, ni la esperanza, ni la ira volvieron a ser los mismos para él después de su aterradora vigilia en la mojada y nocturna soledad de la selva.
Sin duda, para los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades será ideal y adecuado leer la obra de Álvaro Mutis, quien pone de manifiesto el amor por la creación y los poética, y su poética es la del viajero eterno, la del extranjero en casa propia, la del nómada que va tras la huella de la palabra y la poesía.
