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La clave es seguir sueños

La ciencia, sostienen en la charla virtual, permite un desarrollo pleno

La clave es seguir sueños
La ciencia, sostienen en la charla virtual, permite un desarrollo pleno

Nunca renuncien a sus sueños, porque los sueños se hacen realidad. Ese fue el mensaje central del conversatorio titulado “Apasionadas de la ciencia: diálogo magistral con las directoras científicas de la UNAM”, en el que profesionales dedicadas a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas compartieron su experiencia en las diferentes áreas de conocimiento.

En esta charla virtual, enmarcada en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y moderada por Tamara Martínez, de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, las investigadoras señalaron que “todas las mujeres tienen la oportunidad de incursionar en todas las áreas, de hacer varias cosas a la vez, no preocuparse por el empleo antes de estudiar, porque si todo lo hacen con entusiasmo, lo encontrarán”.

 Ser científica, dijeron, “significa prepararse para crear conocimiento y solucionar problemas. La ciencia nos permite un desarrollo pleno, sigan su pasión, no tengan miedo”.

Ana Elena Escalante, directora del Instituto de Ecología, bióloga, académica e investigadora, se especializa en estudiar microbios. En su intervención afirmó: “Los busco en distintos ambientes desde suelo, agua, en reactores productores asociados a plantas e incluso asociados a humanos”. Por su parte, Catalina Stern, de la Facultad de Ciencias, relató que se dedica, entre otras cosas, a la mecánica de flujos lentos y rápidos y en su desempeño docente le encanta entusiasmar a los jóvenes en estos temas.

Cecilia Noguez, del Instituto de Física, comentó que su trabajo consiste en entender cómo funciona la materia y cómo responde a estímulos como la luz o una corriente eléctrica. Imelda López, del Instituto de Investigaciones Biomédicas, consideró por su parte que su formación ha sido multidisciplinaria. Su área de investigación ha sido la biología molecular, enfocada en saber cómo se almacena la información genética en organismos protozoarios.

 

Curiosidad

Lucía Capra, del Centro de Geociencias, es italiana y fue invitada a estudiar en la UNAM, donde cursó posgrados y se apasionó por el estudio de los volcanes. Pilar Carreón, del Instituto de Ciencias Nucleares, es química y se inclinó por esta área, porque le encanta saber cómo se pueden mejorar ciertos materiales. Rosa María Ramírez, del Instituto de Ingeniería, resaltó que dirige una institución que ha contribuido mucho al país.

Susana Magallón, del Instituto de Biología, aseguró que le apasiona la evolución de los organismos y los cambios en las estructuras de las flores. Telma Castro, del Centro de Ciencias de la Atmósfera, destacó la importancia de estudiar actualmente sobre la calidad del aire y el cambio climático. Y Teresa Morales, del Instituto de Neurobiología, sostuvo que le ha interesado estudiar el cerebro femenino cuando atraviesa por la maternidad.

Al cuestionarles cómo fue que surgió su interés por estos estudios, la mayoría coincidió en que fue la curiosidad por entender las cosas y después lo fueron canalizando hacia lo que más les apasionaba. Telma Castro narró que, por el trabajo de su papá, siempre vivió en zonas rurales y le gustaba observar el entorno, lo que le permitió conocer el funcionamiento de máquinas como tractores y purificadoras de leche. “Mis profesores me recomendaron estudiar física, porque te da orden”, dijo e invitó a las niñas a cultivar el saber para salvar al planeta.

Teresa Morales comentó que su interés surgió cuando ayudaba a su hermana a estudiar Medicina: “Tratamos con muchas personas. La sociedad más grande de neurociencias tiene aproximadamente 50 mil miembros, de diversas nacionalidades, que coincidimos en el interés de algún mecanismo fisiológico o de alguna acción hormonal”.

Cecilia Noguez dijo: “Siempre tratamos de responder a preguntas sobre el entorno, somos muy perceptivos; para que se abra la ciencia, tenemos que confrontar argumentos”. Imelda López asentó: “Mi interés por la ciencia va de la mano por la curiosidad de los organismos vivos, esta inclinación es insaciable, cómo se almacena la información genética resulta apasionante y espero trasmitirlo a mis alumnos”.

Y Pilar Carreón fue contundente: “Enseñar lo que te apasiona te retroalimenta, te mantiene activa y joven. Si te dedicas a lo que te apasiona, ya no trabajarás”.

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