En enero de 2020 se integró la Comisión Interna de Igualdad de Género del plantel Oriente. Las expectativas eran muchas, el entusiasmo y la oportunidad de contribuir y hacer visible la problemática eran evidentes. A dos años de su inicio, el camino no ha sido fácil, pero tenemos claro que debemos hacer visible la violencia, además de prevenirla, alertarla y darle atención, transitar a la igualdad y no discriminación; simple y sencillamente, ejercer nuestros derechos humanos.
No tuvimos muchas reuniones presenciales, pues en febrero de 2022 fueron tomadas las instalaciones del plantel por grupos colectivos y, un mes después, nos tomó por sorpresa la pandemia. Parecía que todo se había paralizado, sin embargo, de forma virtual, seguimos trabajando en la capacitación y la búsqueda de documentos, espacios de información y de formación.
Tomamos varios acuerdos, unos relacionados con publicaciones en la gaceta Oriente Informa del plantel homónimo, otros para invitar a conferencistas a informarnos y compartir dudas en cuanto al Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género que nos rige.
En el regreso, dos años después, sabemos lo que ha sido abrir camino no sólo para las mujeres, sino para aquellas personas que no se identifican con el código binario. Con todo, el horizonte es prometedor, pues se cuenta con el apoyo de la Dirección de nuestro plantel.
Para María Luisa Novoa Aguilar, la conformación de la CInIG ha permitido realizar un importante y preciso trabajo para informar a la comunidad sobre nuevas formas de relacionarse: respeto, igualdad de derechos; así como para prevenir, atender y erradicar los casos de violencia que se generen en el plantel, por la convivencia de la comunidad. Ha sido enriquecedor, espero que podamos llegar más lejos.
Tania Romero López asegura que ser parte de la CInIG de Oriente le ha permitido potencializar oportunidades en pro de la igualdad y la erradicación de la violencia de género, en el espacio escolar. Aún queda mucho camino por construir, por ello es importante seguir sumando esfuerzos.
Para Itzel, el entusiasmo del estudiantado en cada actividad que organizan es lo que permite una promoción de sana convivencia, libre de prejuicios, discriminación y violencia.
