“La ciencia es una forma de amor hacia la vida, nos permite ayudar a los seres humanos. Es una forma de retribuir lo que la naturaleza nos da, una forma de querer a las personas a través del conocimiento o avances tecnológicos u otros medios. Es un amor hacia la vida, hacia los seres humanos”, señaló María Isabel Cruz Rosas, del plantel Oriente del Colegio de Ciencias y Humanidades, donde fortaleció su gusto por el trabajo experimental y descubrió su vocación científica.
Isabel, egresada del Colegio, revivió por algunos minutos el bullicio de los pasillos del plantel y recordó aquellos espacios que la marcaron como estudiante, entre ellos, el Programa de Estaciones Meteorológicas del Bachillerato Universitario, mejor conocido como PEMBU.
Aquí, bajo la guía y asesoramiento de las profesoras Julieta Moreno, responsable del programa e Itzel Pérez, de la asignatura de Biología, analizó datos atmosféricos para encontrar respuestas ante la presencia del mosquito que transmite el dengue en la Ciudad de México.
“Fue aquí donde entendí la forma en que vivimos, pero también surgió el deseo de ayudar a mi entorno, a resolver las problemáticas que tiene. El CCH me brindó herramientas para poder llevar a cabo investigaciones y encontrar soluciones”, explicó la alumna.
De hecho, compartió que gracias a los datos estadísticos que se manejan en el PEMBU pudo darse cuenta de la alteración del clima. “Este espacio me ayudó a ver la realidad y querer hacer algo que pudiera contribuir a mejorarlo, no sólo conocerlo, sino hacer algo”.
“Mi principal aprendizaje fue ver que simples cosas pueden afectar de manera significativa y que a veces no se toman en cuenta porque no es algo que pueda verse a simple vista”, externó.
Los beneficios también abarcaron su futuro profesional. “Aún cuando ya sabía qué quería estudiar como carrera, el participar en varios proyectos científicos me ayudó a decidirme por Medicina —hoy es alumna en la Facultad de Medicina—, pero orgullosamente gracias al amor por la investigación y para ayudar a mi entorno”.
Hoy, consideró, “se ha podido demostrar que realmente las mujeres podemos hacer algo más que estar solamente en casa. Ser mujer y estar en la parte científica me ha ayudado mucho y no ha sido impedimento, al contrario, he servido de ejemplo para otras compañeras y compañeros”.
De hecho, afirmó, el único obstáculo al que se ha enfrentado es el tiempo, ya que necesita más para investigar más.
Después de visitar el laboratorio donde tenía sus clases de Biología, Isabel hace un exhorto a sus compañeras cecehacheras, en particular, a que no tengan miedo a intentar cosas nuevas y romper sus límites: “crean que pueden hacer todo lo que quieran ser”.
Una parte importante de este proceso fue el acompañamiento y la guía de su profesora de Biología, Itzel Pérez Olivares, quien participa como asesora en los programas de Jóvenes hacia la Investigación y en el de Estaciones Meteorológicas del plantel.
Romper estigmas
“Es importante que las alumnas se acerquen a las ciencias para romper con estos estigmas que dicen que son exclusivas de los varones, antes de que ellas digan que no, las invito a vivirlas”, señaló Itzel Pérez.
“Y una manera de acercarlas es buscar temas que les interesen, de manera que se planteen soluciones hacia su escuela, familia o incluso hacia toda la sociedad; todo esto las llevará al desarrollo de habilidades que en un futuro pueden utilizar y que les serán útiles en lo académico o laboral”, comentó.
Compartió que esta labor ha sido una experiencia muy grata: “las chicas me sorprenden, uno se formula preguntas, pero llegan ellas y te hacen otras cuestiones totalmente diferentes que a mí no se me hubieran ocurrido; ellas vienen a enriquecer también mi formación como docente e investigadora”.
Mujeres, más cerca de la ciencia
Por su parte, Julieta Moreno, coordinadora del Programa de Estación Meteorológica del plantel Oriente, destacó que “las jóvenes están acercándose cada vez a la ciencia y, en particular, a las ciencias atmosféricas”.
Compartió que el PEMBU apoya y aporta las bases del conocimiento para que ellas puedan acercarse a las ciencias atmosféricas y realizar un proyecto donde relacionen sus asignaturas y las habilidades que ya adquirieron de otras materias y las lleven a un proyecto científico y atender una problemática social.
Para concluir, la profesora invitó a las estudiantes a que se acerquen a la Estación Meteorológica “donde encontrarán desde capacitación, conocimiento básico para interpretar datos y todo lo necesario para emprender sus investigaciones”.
“El CCH me brindó herramientas para poder llevar a cabo investigaciones y encontrar soluciones”.
María Isabel Cruz Rosas
Alumna del plantel Oriente
“Las jóvenes están cada vez más acercándose a la ciencia, y en particular a las ciencias atmosféricas”.
Julieta Moreno
Coordinadora del programa de Estación Meteorológica del plantel Oriente
“Es importante que las alumnas se acerquen a las ciencias para romper con estos estigmas que dicen que son exclusivas de los varones”.
Itzel Pérez Olivares
Profesora del plantel Oriente