La cultura grecolatina vive bajo un prejuicio: se cree que se trata de conocimientos ajenos y lejanos, que sólo trata de aspectos históricos sin relación con las sociedades modernas. Sin embargo, su estudio ofrece las pautas para interpretar y entender el idioma, la cultura, la ciencia, los derechos humanos, entre otros elementos. Representan la base para otras disciplinas.
“Se consideran lenguas muertas y a la mayoría no les interesa, pero creo que son muy importantes porque vemos las raíces de muchas palabras. Ahora veo totalmente diferente el español. Muchas frases no las conocía a partir de sus raíces, lo que significa cada sufijo o prefijo y al ver todo esto amplió mi vocabulario”, considera Amy Michelle Calderón Padilla, exalumna del plantel Oriente.
En el CCH, las materias de Griego y Latín han formado parte de los Programas de Estudio del Área de Talleres de Lenguaje y Comunicación, y han sido consideradas esenciales en la formación del estudiante bachiller. Su inclusión se dio desde la creación del CCH, en 1971. Ambas se estudian en el quinto y sexto semestres.
“La materia de Latín se relaciona con el Taller de Lectura y Redacción e Iniciación a la Investigación Documental I a IV, al compartir la misma base lingüística para la enseñanza y aprendizaje de lenguas. Con las demás materias del Área se relaciona, porque la comunicación es la columna vertebral que las integra. Mediante el contacto con esta lengua, los jóvenes consiguen una mejor comprensión y un mayor dominio de su lengua materna”. Así se define en el Programa de Estudios.
De esta manera, al conocer sus orígenes, se indica, “se espera que los alumnos comprendan que el conocimiento actual, amplio y profundo no ha sido una conquista esporádica y aislada, sino la construcción que una parte de la humanidad ha venido realizando a través del tiempo y del espacio, a partir de las aportaciones de las dos grandes culturas de la antigüedad clásica”.
Además, con el aspecto cultural que se imparte se contribuye a la conformación de una habilidad interdisciplinaria en el alumno y podrá relacionar ese conocimiento con otras materias, como Taller de Lectura, Redacción e Iniciación a la Investigación Documental, Filosofía, Historia Universal, así como con el vocabulario científico de raíces latinas en las materias del Área de Ciencias Experimentales.
El mismo sentido interdisciplinario lo comparte la materia de Griego, al relacionarse con materias como Ciencias de la Salud, Biología, Química, Física, Matemáticas, Geometría, Lógica, Geografía e Historia. En su aspecto humanístico, se vincula con la anatomía, la fisiología y las taxonomías, a partir de un léxico específico, “con sus respectivos conceptos, descripciones y explicaciones científicas, que requieren de un conocimiento amplio de étimos griegos para el mejor desenvolvimiento de los estudiantes en este ciclo propedéutico y en el profesional”.
De esta manera, contribuye a que el alumno “comprenda e interprete textos significativos escritos en lengua griega para desarrollar sus habilidades lingüísticas, con el fin de ampliar su comportamiento verbal en su propia lengua y facilitar el aprendizaje de otras lenguas extranjeras (vivas); infiera el significado y sentido de la terminología de origen griego, y amplíe su horizonte cultural al investigar, en fuentes documentales diversas, los valores y su trascendencia en la conformación del pensamiento occidental”, se indica en el Programa de Estudios.
“El estudio de estas asignaturas busca reflexionar y entender cómo está conformado nuestro lenguaje, ya que siempre lo usamos de manera inconsciente e irreflexiva, y está bien, pero detrás del lenguaje están muchas historias ocultas y es bueno conocerlas, ya que nos permiten entender un poco más la realidad; en este sentido, son lenguas vivas, pues nuestro idioma es una evolución de ellas. Ambas son herramientas que permiten comprender mejor la sociedad, nos dan la posibilidad de acceder a una faceta oculta de la sociedad y la vida”, destaca Alejandro García Casillas, académico que imparte ambas asignaturas en el CCH.
