Experimentar es vivir la ciencia y no hay nada como hacerlo en un laboratorio con los instrumentos y sustancias adecuadas, y precisamente el laboratorio de Biología del Siladin fue la sede para que los cecehacheros se adentraran al reino fungi, gracias al taller Propagación de hongos, impartido por los profesores Paulina Romero y Gabriel Tejeda en el plantel Azcapotzalco, los días 28 de abril y 2 de mayo.
En el marco del 25 aniversario del Siladin, la actividad buscó que los estudiantes conocieran este importante reino, sus características, usos, etapas de vida y reproducción, haciendo hincapié en que esta última fase puede llevarse a cabo en el laboratorio o en casa, explicó Romero.
Señaló que los hongos eran un grupo de organismos poco estudiados hasta 1968, año en que se les consideró como un reino por separado, debido a que tenían características diferentes a las plantas, donde originalmente se habían clasificado.
Actualmente, se sabe que está compuesto por más de 144 mil especies de hongos, entre los que figuran las levaduras, los mohos y las setas, mismos que comparten características fundamentales como la inmovilidad, la alimentación heterótrofa y ciertas estructuras celulares.
El taller se desarrolló en dos etapas, la primera abarcó un poco de la historia del estudio de los hongos, sus partes y ciclo de vida. La segunda, en el laboratorio, se procedió a sembrar el micelio de hongos comestibles, para que los jóvenes comprendieran el proceso de manera teórica y práctica.
Los hongos poseen células eucariotas, son heterótrofos, o sea, no pueden generar su propio alimento como las plantas, sino que deben descomponer la materia orgánica proveniente de otras formas de vida vegetal o animal, se reproducen por esporas y la mayoría son pluricelulares, aunque las levaduras son unicelulares, y sus productos de desecho son importantes en la elaboración del pan y la cerveza, resaltó la profesora.
Los hongos, abundó, “cumplen un importante rol ecológico en sus diversas etapas, ya que ayudan a la descomposición y reciclaje de la materia orgánica junto con las bacterias y ciertas especies de insectos”. También son de relevancia en la producción de antibióticos; y algunos de ellos son comestibles y forman parte de la gastronomía mexicana, como las setas, champiñones y huitlacoche.
