Mi nombre es Karla Beatriz Rodelas Morales, tengo 23 años y estoy en el proceso de titulación de la carrera de Psicología, la cual decidí estudiar desde que cursaba el bachillerato en el plantel Naucalpan del CCH.
Mi primer día, recuerdo, fue estupendo. Fue tanta la emoción de haber sido aceptada que un día antes aprendí el camino para llegar a mi primera clase. Corría el año 2016 y fue ahí cuando llegaron a mi vida grandes personas. En segundo año conocí a mis mejores amigos, que conservo hasta la fecha.
El último año fue más complicado, pero por suerte tuve profesores maravillosos que inculcaron sabiduría en mi ser. Tengo muy buenos recuerdos de Naucalpan y lo mejor, además del pase automático a la Universidad, es el compañerismo que prevaleció; no sólo para los trabajos escolares, sino la ayuda mutua entre nosotros. Mi vida en el Colegio fue, en apariencia, como la de cualquier alumno, pero sólo una misma se da cuenta de las cosas especiales que acontecen.
Pregunta, no te quedes callada
No fui una alumna sobresaliente, pero aquella etapa fue única para mí. Aprendí a no quedarme callada y a cuestionarlo todo conforme a la filosofía de la UNAM; entendí que los profesores son tan sólo un puente para alcanzar el conocimiento, que es válido que se equivoquen y es ahí donde está nuestra labor como estudiantes, al preguntar siempre el por qué de las cosas y no quedarse sólo con la información recibida.
El CCH nos enseña a investigar y nos convierte en seres autónomos. Desde que ingresas te das cuenta de que tus decisiones tendrán repercusiones en tu vida: si faltas a clases o si no haces tarea ningún maestro estará detrás de ti. Desde que pones el primer pie en el plantel llegas a tomar decisiones de tu vida que te llevarán a tu destino…
Psicología, su sueño
Egresé del Colegio con un promedio de 8.7 y eso me dio la opción de elegir la carrera que siempre quise: Psicología. Así inició otra etapa de mi vida y si bien no fue como esperaba, predominaron las buenas experiencias, porque aunque tuve profesores que me hicieron querer dejarla, también hubo aquellos que lograron que la amara.
Hoy, realizó mi servicio Social como parte del proceso de titulación. Estos siete años han sido duros, pero han valido la pena, pues todas las cosas dejan una enseñanza.
