Cuerpo y baile en la enseñanza

Práctica afirmativa

Conocimiento desde el placer

Práctica afirmativa
Conocimiento desde el placer

María Acaso es una educadora y artista española que quiere hacer cambios en la educación, la critica por no ser una práctica del placer y la alegría, y propone una idea de educación cercana a una práctica afirmativa, en la que el cuerpo, el movimiento y el baile sean usados para enseñar, pues para ella, la educación tiene que ser gozosa y alejarse de las pasiones tristes.

El nombre que da a esta transformación es una “educación artística afirmativa” y sostiene que el cambio debe efectuarse desde el optimismo, lo cual ha de ir acompañado de entusiasmo.

Esta idea me lleva a plantear alguna problemática, ya que resulta un poco difícil encontrar maestros entusiastas, así que lo primero que tendría que atender un sistema escolar es el grado de buen humor en el docente, pues sin vida buena, no hay entusiasmo, y sin éste no se puede aplicar una dinámica más positiva en la escuela.

María Acaso apunta a que debemos involucrarnos con el cuerpo, literalmente en movimiento, y la forma de hacerlo es bailando, posiblemente esto sonará descabellado a muchos profesores, ya que lo que ella pide es fluir a través de los sonidos, y muchos docentes pensarán que eso no produce conocimiento. Además, que les parecerá escandaloso porque no es formal.

Parte de la propuesta de Acaso es que el cambio en la educación se efectúa en una especie de rizoma, lo cual se puede ver traducido en generar retórica, que se deje llevar por las ficciones, y que pone en tela de juicio los procesos “lógico-positivistas”, porque con su propuesta está criticando que todo saber se desarrolla desde las fórmulas lógicas y la escuela entiende que el conocimiento se va a generar en un lugar silencioso y teniendo los cuerpos quietos.

Acaso tiene una postura muy clara en relación con el conocimiento, el placer y señala: “el conocimiento no llega si el deseo no lo convoca, y es precisamente el deseo de conocer lo que está matando las instituciones que, paradójicamente, se han construido para generar conocimiento, desde las escuelas hasta la universidad, pasando por los museos” (Acaso (2018). Recuperado https://mariaacaso.es/general/no-puedo-bailar-esta-no-educacion/)

 Y por eso la postura de Acaso es la de recrear una educación artística que genere “conocimiento desde el placer”. Es necesario pensar que el placer pasa por el cuerpo, y también esta educadora sostiene, incluso, que el cuerpo reflexiona.

Para ella, el cuerpo pregunta desde los poros, pues el cuerpo conoce, descifra, el cuerpo tiene percepción de todo lo que sucede a su alrededor. La neurociencia plantea que el cuerpo conoce lo que sucede antes que la mente. El disgusto, el enojo, el aburrimiento que se produce en una clase afectan al cuerpo. Yo afirmaría que lo que comemos afecta el cuerpo y tiene repercusiones en el cerebro y todo esto tiene efectos en el conocimiento.

En el aula interactúan los cuerpos, también las emociones y las relaciones de todos los que interactúan en un espacio académico. De ahí que María Acaso proponga el baile en el aula, porque nos ofrece placer, ya que va a crear afectos en la comunidad y se despierta la alegría. Entonces, surgiría el proceso en el que se da el aprendizaje desde el cuerpo, pues para la autora, así se forja el conocimiento, cuando el cuerpo interviene a la hora de forjar los conceptos.

Acaso potencia el placer en el aula, porque a través de éste, se van rompiendo aquellas nociones tradicionales que nos asfixian, ya que, en los espacios tradicionales del sistema escolar, no cuenta el placer y la alegría para el aprendizaje.

Tenemos que potenciar la imaginación para idear movimientos o un breve baile que asemeje lo que haría una teoría o un concepto, esto no significa que se convierta la clase en un espacio de baile de salón, simplemente, la sugerencia es que, como una evaluación final de una unidad, en un trabajo en equipo, se les pida a los alumnos que efectúen un performance o un baile, o sólo movimientos de cómo sería si un concepto se moviera.

Entonces, los alumnos tienen que revisar el tema y utilizar la imaginación, y todo el equipo podría realizar una presentación creativa que implique la dicha y, de paso, la síntesis de un concepto. No consiste en cambiar el conocimiento por baile, es utilizar el movimiento para sintetizar conceptos o se podría decir para hacer sinapsis de un tema de la materia y plantear la conclusión de una unidad.

Esto requiere de cambios paulatinos, de realizar experimentos en el salón de clase, hay que sorprender a los alumnos y que los alumnos sorprendan al maestro, porque dan cuenta de que comprenden el tema y suman la imaginación y el movimiento para exponer la explicación de una teoría o parte de ésta. 

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