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Orgullo universitario

Destaca por sus valores de trascendencia universal

Orgullo universitario
Destaca por sus valores de trascendencia universal

El pasado 28 de junio se cumplieron 15 años de que la UNESCO incluyó en su lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad al campus central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por considerar que el espacio, construido entre 1948 y 1952, encarna valores sociales y culturales de trascendencia universal y por ser uno de los símbolos más importantes de la modernidad en el continente.

En ese momento, este conjunto de edificios, instalaciones deportivas y espacios abiertos, situado al sur de la ciudad, se convirtió en una de las cinco universidades del mundo que ostentan esa distinción y uno de los pocos patrimonios vivos.

De acuerdo con el expediente, la distinción abarca más de 50 edificios asentados en una superficie de 176.5 hectáreas (25% de todo el campus universitario), que limita al poniente con el Estadio Olímpico; al sur con los Frontones y la Zona deportiva; al oriente con la Facultad de Medicina, y al norte, con los edificios de las actuales facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Economía y Odontología.

Dos años antes de ingresar a la lista patrimonial de la UNESCO, el complejo había obtenido en México la declaratoria como Patrimonio Artístico, al ser considerada “una obra cumbre de calidad e innovación de la arquitectura mexicana (…) que consolida una interpretación nacionalista propia y uno de los ejemplos más notables urbanísticos de México”.

 

70 años de vida

Considerado un ejemplo único de la arquitectura del siglo XX, Ciudad Universitaria es resultado de un largo anhelo, cuyo primer antecedente data de 1928, cuando un par de estudiantes de la Escuela Nacional de Arquitectura presentaron como tesis de grado un proyecto al respecto; la idea comenzó a tomar forma 15 años después, cuando el entonces rector Rodulfo Brito seleccionó el Pedregal de San Ángel como la zona para hacerlo realidad.

Información de la Universidad Nacional señala que fue en 1946 cuando el rector Salvador Zubirán gestionó la adquisición de los terrenos y ese mismo año se expidió el decreto para conseguirlos junto con los recursos para hacerlo. En 1948 iniciaron las primeras obras de drenaje e infraestructura general y el 5 de junio de 1950 se puso oficialmente la primera piedra.

Más de 60 proyectistas, 200 residentes, contratistas y supervisores, además de cerca de 10 mil obreros trabajaron en la construcción que se dividió en zona escolar, habitaciones de estudiantes, práctica deportiva, estadio de exhibición y servicios comunes, entonces se proyectó para 25 mil alumnos, e incluía un museo, para fomentar el conocimiento de las artes.

El resultado, cita la UNESCO, fue un conjunto monumental que integra el urbanismo, la arquitectura, la ingeniería, el paisajismo y las bellas artes, asociando todos estos elementos con referencias a las tradiciones locales y, en particular, al pasado prehispánico de México.

Su característica fundamental es la conjunción entre el arte, las ciencias y las humanidades, donde está presente el México antiguo y el moderno, las tradiciones plásticas, la arquitectura a cielo abierto y los espacios públicos. Se integran, asimismo, la naturaleza, el paisaje y el Muralismo, en un conjunto que encarna valores sociales y culturales de trascendencia universal y ha llegado a ser uno de los símbolos más importantes de la modernidad en América Latina, destacó en su momento el exdirector de la Facultad de Arquitectura, Felipe Leal Fernández.

 

Los retos

La declaratoria trajo consigo, además de orgullo, obligaciones, entre ellas, la de su permanente conservación para que poder mantenerse como referente. Es por ello que en 2016 se creó una comisión para el mantenimiento del campus central, depende del Comité de Análisis para las Intervenciones Urbanas, Arquitectónicas y de las Ingenierías en el Campus de CU y otros campus de la UNAM y, pese a la pandemia, continúa sus labores para garantizar el cumplimiento de su misión.

La Comisión del Campus está conformada por los titulares de la Facultad de Arquitectura, del Instituto de Ingeniería, del Instituto de Investigaciones Estéticas, de la Dirección General de Obras y Conservación, de la Dirección General del Patrimonio Universitario, un representante de la Secretaría de Cultura Federal, así como un profesor y un investigador eméritos.

Su labor es, básicamente, monitorear la conservación y medidas remediales de los acabados, instalaciones y seguridad estructural de los edificios del campus; hacer el diagnóstico de los espacios abiertos y la revisión de los espacios que se modifiquen de su función original, así como difundir e informar de los bienes culturales y patrimoniales que alberga la zona, por medio de visitas guiadas y otros medios informativos.

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