Todo debió comenzar el 11 de febrero de 2021. Mi mamá es profesora de una escuela y tuvo que salir a hacer unos trámites. A pesar de las medidas de sanidad que se tomaron, contrajo el virus SARS-CoV-2.
Pasaron tres días y llegaron los síntomas. Pensamos que sólo era una gripe; sin embargo, mi hermana también padeció lo mismo y después caí yo. Al principio era extraño, pues nunca presenté síntomas, así que nos hicimos la prueba. Al día siguiente vinieron a mi casa las personas indicadas, nos dijeron que había que esperar 24 horas y los resultados llegarían por correo electrónico. A dos días de iniciar el sexto semestre había incertidumbre, pues no sabíamos nada cumplido el plazo. El siguiente sábado llegaron los resultados, todos positivos. Teníamos que permanecer aisladas; nos mostraron lo que es un oxímetro y nos dieron medicamento para los síntomas.
Llevamos cinco días con el virus, por fortuna no han sido complicados. Los síntomas no son tan graves y lo único que he padecido es cansancio, aunque también perdí el gusto y el olfato. A diario debemos checarnos el oxígeno. Mis tías nos dejan en la puerta las comida y las cosas que llegamos a necesitar. Es gracioso, nunca pensamos que pasaría. Nos mantenemos ocupadas, de modo que no pensamos en lo negativo. En una semana he vivido una ruleta de muchas emociones, pero entiendo que no hay que dejarnos llevar por las preocupaciones. Creo que la población debería tomar conciencia de que en cualquier descuido uno se puede contagiar.
El simple hecho de salir de casa es algo que extraño, ya que el plantel Naucalpan es nuestro segundo hogar. Pronto encontramos la manera de sentirnos cerca, aunque estuviéramos lejos, así que todos los viernes hacemos videollamadas.
Estoy por empezar mi último semestre y también será en línea. Me emociona que sea el último, pero resulta nostálgico que no vaya a conocer a mis nuevos compañeros. Han sido muchas emociones, experiencias; estoy segura que si no hubiera visto a todos mis amigos y maestros la experiencia hubiera sido diferente, no sé qué tan buena o mala, pero me quedo con lo que tengo ahora y voy por lo que quiero ser.
