cronica

Inicia una nueva vida

Las vivencias de la autora en el plantel Naucalpan

Inicia una nueva vida
Las vivencias de la autora en el plantel Naucalpan

Hace dos años entré al plantel Naucalpan, nunca había sentido tan cerca la libertad. En casa, mis padres son muy estrictos y siempre al tanto de cada uno de mis pasos. Pensé que las cosas en la escuela serían distintas, lo fueron, aunque también hubo cosas que nunca imaginé que pasarían.

Entré al CCH inocente, ilusa y nerviosa, sin saber nada más del mundo fuera de mi cuarto.

A lo lejos brillaba un tipo de felicidad momentánea. Yo quería salir y olvidarme un poco de lo que pasaba en mi vida. Fueron momentos felices: era yo misma, me vestía como quería y ya no tenía la presión de ser la niña perfecta… pero no entraba a clases, perdía mucho tiempo.

 

El amor

También hubo una historia de amor. Recuerdo su risa, su voz y su manera de bailar; ella destacaba con su estilo y carisma. Nos gustábamos, nos queríamos. Me tomaba en cuenta para sus planes; en activismo sobre feminismo, aprendimos juntas.

También conocí a su amigo. No supe si me acerqué a él por heterosexualidad impuesta o por miedo a estar con ella. Él y yo conectamos inmediatamente. Nos comunicábamos por mensajes y de ahí pasó al noviazgo; todo acaba y lo nuestro también terminó. Estaba confundida y no entendía por qué le había hecho a ella algo tan feo si la quería.

Recordé que tenía otro lugar a donde ir: aquellas chicas con las que iba a las marchas y hablaba de feminismo vinieron a mi mente. Odio los cambios, pero este era necesario y me recibieron bien.

 

Aislamiento

Era la 1:30 a.m. de un día de marzo y desperté llorando, sin poder moverme, temblando. Esa era mi historia diaria. ¿Será la ansiedad diagnosticada? ¿Será el encierro? No lo sabía, me costaba tomar el teléfono para marcar a aquella persona que se preocupaba por mí. 

Yo había conocido un chico dentro del activismo. Comenzamos a hacernos más cercanos, hasta que la atracción dijo “hola”. Aquellas noches frías y ensordecedoras no las pasaba sola; a través de una llamada me hacía compañía. Día a día voy mejorando. Más personas ven lo que hago, mi vida va comenzando y el éxito también. Todos tenemos historias que contar y aquí está la mía.

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