Covid-19, un virus en evolución

De la incredulidad a la crisis sanitaria

Presencial, virtual y ahora semipresencial, la educación

De la incredulidad a la crisis sanitaria
Presencial, virtual y ahora semipresencial, la educación

Dónde se inició y cuándo, sigue siendo una interrogante. Se ha dicho que el primer caso de infección por SARS-CoV-2 en el mundo data del 1 de noviembre de 2019, que dicho paciente cero era un hombre de 55 años, de la provincia de Hubei, China, capital de Wuhan, epicentro de la pandemia. Lo cierto es que se propagó rápidamente por todo el planeta. En México, el primer caso fue detectado el 27 de febrero de 2020, fecha a partir de la cual escaló a emergencia sanitaria.

Desde entonces, hemos vivido en medio de una permanente oleada de incertidumbre, alimentada por varias teorías de su origen, pero también hemos sido testigos de la creación de varias vacunas, que han mitigado la mortalidad del virus. En México, se previó un primer confinamiento de un mes, pero hasta hoy no se alcanza la apertura total, tras sufrir tres repuntes de contagios y mantenerse latente una cuarta, ante la llegada de las variantes Delta y Ómicron, consideradas más contagiosas que la inicial.

 

El origen

El 31 de diciembre de 2019, China informó que en el mercado de Wuhan había un brote de neumonía; el 9 de enero se declaró la identificación de un nuevo coronavirus, se reportaron las primeras muertes y la publicación del genoma del Covid-19; el 13 de enero se registró el primer caso importado en Tailandia y el segundo en Estados Unidos.

El 30 de enero, la OMS declaró emergencia de salud pública y el mundo entero pudo vislumbrar la dimensión de la situación, pues en cuestión de días empezaron a aparecer más casos de coronavirus en países aledaños a China y otros más alejados, tal fue el caso de Italia, que a finales de febrero se convirtió en centro de la epidemia, sin que hasta el momento se sepa cómo les llegó el virus.

De acuerdo con información de la BBC, los casos aparecidos en Austria, Croacia, Grecia, Suiza, Argelia, Francia, España, Alemania, México y Brasil estuvieron relacionados con personas que viajaron al norte de Italia. En México, se confirmó el primer caso el 27 de febrero: era un hombre que asistió a una convención en Bérgamo, Italia.

Ante medidas relajadas, por la incredulidad de lo que ocurría, el virus empezó a recorrer el mundo y en cuestión de tres meses estaba en la mayoría de los países; el 11 de marzo la OMS emitió la declaratoria de pandemia y apenas una semana después, el 18 de marzo, se registró en México la primera defunción, que derivó en la Jornada Nacional de Sana Distancia y la suspensión de clases el 20 de marzo. Para el 1 de abril, se decretaba la Fase 3 de la pandemia.

 

Clases a distancia

A la suspensión de clases en educación básica, se sumaron las escuelas de Nivel Medio Superior y Superior. La Universidad Nacional y todas sus entidades educativas, entre ellas el CCH, se apresuraron a proporcionar a sus docentes los recursos necesarios para que continuaran sus clases a distancia y utilizaran las plataformas digitales como herramientas para concluir el semestre.

Las circunstancias de la emergencia sanitaria tomaron por sorpresa a los profesores, pero muchos de ellos estaban preparados para afrontarlo, pues la UNAM había ofrecido cursos sobre las TIC a su planta docente, aunque entre los de mayor antigüedad sí hubo carencias, paliadas por la generosidad de quienes dominaban esas herramientas y ofrecieron cursos a sus compañeros.

 

Los profesores

La pandemia no cedió y hubo que arrancar un semestre más en línea, ante lo cual muchos profesores del Colegio tuvieron que diversificar sus prácticas docentes y adaptarlas a la virtualidad, sin importar el exceso de trabajo, lo que permitió a la UNAM y al Colegio no detenerse. El CCH se esforzó por preparar a su planta docente en las distintas plataformas y uso de las TIC, ahora los maestros se sienten como peces en el agua porque aprendieron nuevas herramientas digitales.

Destaca la labor de los docentes, que además de implementar nuevas prácticas y estrategias en sus clases, afrontaron situaciones de crisis emocionales de sus estudiantes, algunos perdieron a su padre o madre o a ambos; los profesores tuvieron que ingeniárselas para incluir a todos los jóvenes en sus clases, sobre todo al inicio de la emergencia sanitaria, porque algunos sólo contaban con su celular y tenían que desplazarse a sitios donde hubiera wifi gratuito o los que fueron llevados con sus abuelos a la provincia y tenían que bajar al pueblo a conectarse. 

 

Los alumnos

La pandemia ha tenido muchas repercusiones, además de los problemas de salud y el golpe a la economía de todo el mundo, mostró brechas sociales y digitales. Los cecehacheros no estuvieron exentos de ello, la falta de equipo, de conectividad y los problemas económicos, pues al quedarse sin empleo sus padres, ellos tuvieron que trabajar, obstaculizándose la continuación de sus estudios.

Al tanto de estas circunstancias y para mitigar el problema, la UNAM ofreció apoyo a los estudiantes para que no abandonaran sus estudios ni se viera afectado su desarrollo escolar. Rápidamente, implementó espacios PC Puma y otorgó tabletas con internet, beneficios que alcanzaron los cecehacheros.

Se cayó el mito de los llamados nativos digitales porque, entre las cosas que ha mostrado esta pandemia, se vio que los jóvenes son hábiles para utilizar sus redes sociales, pero no para las herramientas educativas, aunque todo este tiempo ha sido fructífero porque han aprendido a dominarlas al igual que sus profesores y pronto las podrán combinar con sus clases presenciales.

 

Primera ola

Durante los primeros días del confinamiento las calles de muchas partes del mundo lucieron vacías, hubo un cierre casi total, mientras que en la Ciudad de México la situación se desbordó por momentos, el 30 de abril y el 10 de mayo, días en los que se celebra a los niños y a las madres, la falta de sana distancia en varios puntos de la ciudad elevó las cifras de contagio, propiciando la saturación de los hospitales y gran cantidad de muertes.

El 1 de junio inició el retorno a actividades esenciales, pero el 2 de noviembre los festejos del Día de Muertos provocaron un aumento de contagios, situación que obligó, en diciembre, a cerrar la Basílica de Guadalupe y  a promover reuniones pequeñas para Navidad, ante el incremento de casos de Covid-19.

 

Segunda ola

A pesar de las medidas de diciembre y a que ese mes había iniciado la vacunación escalonada, con los adultos mayores de 65 años, el 21 de enero de 2021 México registró su mayor número de casos de Covid-19, y si durante la primera ola no hubo una presión sobre la capacidad hospitalaria, ahora fue distinto, lleno de personas haciendo largas filas para ser atendidos, muertes a las puertas de los nosocomios y caos en los servicios funerarios y crematorios.

Llegaron las vacaciones de Semana Santa y ante la salida masiva de paseantes locales y turistas se esperaba una tercera ola que, sin embargo, fue mitigada un poco por el avance en la vacunación.

 

Tercera ola

La tercera ola llegó en junio de 2021 y alcanzó su peor momento en agosto cuando superó el mayor número de casos reportado en enero, durante la segunda ola, para luego descender en los primeros días de septiembre, gracias a una mezcla entre el número de recuperados y el de vacunados. No obstante, a la tercera semana de diciembre, la pandemia, según cifras oficiales, ha dejado en México tres millones 934 mil 102 personas infectadas y 297 mil 916 personas muertas.

Las variantes Delta y Ómicron, de las que se teme por su mayor capacidad de contagio, empiezan a ser la cepas predominantes, sin que hasta el momento representen un repunte en la mortalidad, lo que ha hecho que el mensaje en el mundo sea, “retomar la nueva normalidad, sin bajar la guardia y mantener medidas de cuidado personal y colectivo, porque hay que aprender a vivir con un virus que llegó para quedarse”.

En esa lógica es que se ha decretado el regreso a clases, primero a nivel de educación básica, que desde agosto del 2021 comenzó el retorno en esquema híbrido, y tras autorizarse la vacunación de jóvenes de 12 a 17 años, el retorno semipresencial en el bachillerato y la licenciatura. 

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