Con la participación de profesores, funcionarios, las cuatro directoras y el director de los planteles del CCH, así como de la UNAM, se desarrolló la 5a Jornada por la Igualdad de Género con una serie de actividades que resaltaron la importancia de trabajar para generar condiciones internas de igualdad en los espacios universitarios.
Benjamín Barajas Sánchez, director general del CCH, afirmó que en el Colegio se han asumido estrategias institucionales emprendidas por la UNAM para erradicar todo tipo de discriminación y de violencia contra las mujeres, para procurar la equidad, la inclusión y el respeto hacia las diversidades sexogenéricas, y con ello lograr una mejor convivencia entre las y los universitarios.
Asimismo, enumeró las acciones que se han desarrollado en el Colegio para consolidar una cultura por la igualdad a través de la difusión de protocolos, la impartición de charlas, conferencias, talleres, cursos, seminarios y diplomados con la participación de la comunidad.
“Se impartió la asignatura de Igualdad de Género en su modalidad piloto y actualmente se diseña una versión en línea para ofrecerla como requisito a los 18 mil alumnos integrantes de cada generación”, explicó.
El director general destacó que esta jornada se suma al conjunto de acciones realizadas por más de 250 estudiantes por plantel y 50 docentes en cada uno de ellos, con 168 actividades, entre las que destacan conversatorios, conferencias magistrales, talleres, muestras cinematográficas y exposiciones, entre otras.
Universidad de excelencia
Norma Blázquez Graf, titular de la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM (CIGU), agradeció la invitación para inaugurar esta jornada en el CCH.
La coordinadora enfatizó que el acceso a una educación pública y gratuita como la que brinda la UNAM es fundamental, no sólo para la adquisición de conocimientos y habilidades en las distintas áreas de estudio, sino como instrumento de cambio.
En ese sentido, llamó a trabajar para que se garanticen “los derechos humanos de todas las personas, la dignidad, la igualdad, promoviendo que cada vez haya más espacios libres de violencia de cualquier índole”.
La funcionaria de la CIGU expresó que las nuevas generaciones encuentran una UNAM renovada, donde la igualdad entre hombres, mujeres y comunidades diversas es nodal en la formación académica.
“Queremos seguir inspirando y promoviendo el cambio cultural para que cada estudiante que llegue a nuestra Universidad tenga la certeza de que se encuentra en una universidad de excelencia académica y también de excelencia humana”, dijo.
Asimismo, comentó que la igualdad de género aún es el mayor reto en derechos humanos y piedra angular para crear sociedades inclusivas.
Por ello, “formar al estudiantado en los principios de igualdad, no discriminación, no violencia y respeto a los derechos humanos, tendrá como resultado mejores ciudadanas y ciudadanos que en el futuro se desempeñarán de manera más incluyente y comunitaria”, aseguró.
Un trabajo constante
Lilia Guzmán Marín, coordinadora de la 5a Jornada para la Igualdad de Género del CCH y del seminario central del mismo tema, recordó que en 2018, junto con un equipo de trabajo, se realizó la pregunta “¿porqué abordar la perspectiva de género?”.
“Las razones fueron muchas y vigentes todavía; la desigualdad y la inequidad de género persiste en el mundo, como una problemática que se refleja en todos los ámbitos de las sociedades”.
Además, sostuvo que la violencia tiene un costo en la salud física y mental de las personas, pero en el caso del estudiantado obstruye su aprendizaje y autoestima.
“Es una necesidad combatir los roles de género y estereotipos que llevan a la exclusión e inequidad; por lo tanto, es una exigencia presentar alternativas por parte de las instituciones educativas”, dijo.
En su intervención, José Alfredo Núñez Toledo, secretario Estudiantil de la DGCCH, dijo que hablar de igualdad de género implica reconocer la necesidad de cerrar brechas de discriminación, violencia y desigualdad entre hombres y mujeres.
“Buscamos ofrecer las mismas oportunidades para acceder a mejores condiciones y hábitos de vida, en el ámbito educativo es esencial que los esfuerzos se centren en proporcionar entornos favorables para el aprendizaje y el desarrollo integral de alumnos y alumnas”, expuso.
Priorizar la prevención
“Las políticas de igualdad de género que impulsa el CCH ayudan a prevenir la violencia hacia las mujeres desde una edad temprana; lo que aprendan las y los cecehacheros en esta etapa les servirá cuando sean universitarios y para toda su vida”, afirmó Diego Rosas, integrante de la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género, de la UNAM.
Durante el taller ¿Qué es violencia de género? dentro de la quinta jornada, en el plantel Azcapotzalco, el especialista resaltó la importancia de incidir en los jóvenes, porque son quienes mañana estarán en las universidades y en los puestos de trabajo.
“Si aprenden a reconocer la violencia podrán aprender a ponerle un alto o a prevenirla lo más que se pueda; que sepan también que está la Defensoría de los Derechos Universitarios, que se pueden acercar a nosotros si tienen alguna situación”, sostuvo.
Rosas dijo que el objetivo de este taller fue enseñar a las y los cecehacheros qué se entiende por violencia de género y alertar sobre las acciones que perpetúan este tipo de agresiones.
“Hay que ver la violencia como un iceberg, que hay cosas que no vemos, están por debajo de la superficie, pero todo esto no existe nada más porque sí, ya que sustentan las agresiones que sí podemos ver”, expresó.
Para Ivonne, alumna de sexto semestre en el plantel, este tipo de actividades dotan a los estudiantes de herramientas para no pasar por “relaciones interpersonales traumáticas”. Para Luis Abelardo, permiten contar con semáforos de alerta para evitar experiencias desagradables.
El derecho a la justicia
En el plantel Naucalpan, la especialista Diana Lucía Contreras Domínguez presentó el tema “Ley Olimpia y Ley Ingrid”, donde explicó los detalles de ambas legislaciones relacionadas con la violencia digital y la vulnerabilidad al cuerpo humano de las mujeres víctimas de feminicidio.
Contreras Domínguez resaltó la importancia de conocer estas leyes e invitó a los estudiantes a realizar una reflexión acerca de los derechos humanos y cuál es la diferencia entre violencia de género y violencia feminicida.
“Los derechos humanos son esas prerrogativas que se basan en la dignidad humana, es el valor que nos hace seres humanos (…) Estos derechos tienen cuatro principios: universalidad, interdependencia, invisibilidad y progresividad y son para todas las personas”, explicó.
La profesora del Área Histórico-Social comentó que las reformas jurídicas han dado pie a la creación de la Ley Olimpia y la Ley Ingrid, ya que ambas protegen la dignidad de las víctimas de violencia por razón de género y a sus familias.
“Hoy tenemos el derecho a que nuestro cuerpo se respete (…) En México se busca la legalidad y certeza jurídica, más que justicia. El hecho de que haya una denuncia y que se logre detener a la persona y que esa persona sea responsable, para mí eso ya es justicia, porque los índices de impunidad en nuestro país son muy altos”, sostuvo.
Mujeres, siempre presentes
Con una invitación a reflexionar sobre cómo las mujeres han sido silenciadas en diversos campos de estudio a través de los siglos, pero sobre todo, qué se puede hacer para visibilizarlas, Michelle Rodríguez Chiw presentó la conferencia “Feminismos: representatividad de las mujeres en distintos campos del saber humano”, en el plantel Oriente.
La actividad se convirtió en un diálogo entre la especialista de la Universidad Autónoma de Guadalajara y el estudiantado que se dio cita en el Audiovisual 2, de dicho centro escolar.
La maestrante en Lingüística hispánica, que actualmente realiza su tesis sobre el significado actual de la mujer en el siglo XXI, consideró importante que las nuevas generaciones visibilicen estas ausencias en la historia, pero también que se dé nombre y crédito a sus numerosos trabajos.
“Las mujeres siempre han estado activamente en la ciencia, la literatura y otras áreas, han estado ahí ayudando a los hombres; las pocas mujeres representadas pertenecían, en su mayoría, a la clase privilegiada, el resto fue invisibilizado”.
Como ejemplos, destacó a la poetisa griega Safo de Lesbos; a Hipatía de Alejandría, matemática, filósofa y astrónoma; también a Rabia al Adawiyya, poeta y filósofa iraquí.
De México, resaltó el trabajo de la pintora Frida Kahlo; a Rosa Parks, activista afroamericana por los derechos civiles en Estados Unidos; de Malala Yousafzai, activista pakistaní a favor de la educación de las niñas; y a la traductora mexicana Yasnaya Aguilar, activista de los derechos lingüísticos.
En el marco del 8M, la especialista destacó que todavía hay muchos estigmas acerca de dicha efeméride y sobre la lucha de las mujeres y de las feministas.
“Creo que no se comprende todo lo que hay detrás: la historia de injusticias, incluso de muertes; por ello se conmemora, de ahí que se busca, en diferentes ámbitos, visibilizar a las mujeres que han estado ahí”.
En este sentido, consideró importante el trabajo del Colegio de “decirles (a los estudiantes) que las cuestiones de género van más allá de las aulas, es algo que se vive en el día a día. Estamos en un punto esencial con las adolescencias para que puedan también ellos entender las cosas que existen en el mundo”.
Desmitificar el amor romántico
“Ariel es una sirena que está enamorada de un humano. Para acercarse a él, ella debe sacrificar su vida en el mar, transformar su apariencia, lo que implica eliminar su voz, silenciarse de por vida. La historia fantasiosa, que ha pasado de generación en generación, es un ejemplo que evidencia las relaciones desiguales, donde una de las partes ha tenido que sacrificar una de las cosas más importantes que tiene: hablar, comunicarse, su voz”.
Lo anterior se reflexionó en el Taller Amor Romántico que las profesoras Gema Góngora Jaramillo y Julia Luna Vilchis realizaron con estudiantes del plantel Oriente, donde se evidenciaron las desigualdades que están normalizadas en las relaciones de amorosas, incluso violencias que pasan inadvertidas porque se siguen mandatos culturales que las perpetúan.
“El amor romántico surge en contraposición al matrimonio que se daba en la Edad Media, la cual no se sustentaba en el enamoramiento, era impuesta por los padres. De ahí que el enamoramiento tomara el cariz de todo lo anhelado, idealizado. Y es precisamente esa idealización lo que puede llevar a las personas a aceptar situaciones no deseadas, de maltrato, violencia, sumisión”, dijeron.
Asimismo, las académicas comentaron que la perspectiva de género se ocupa de hacer una crítica a este idealismo, utopía, las cuales pueden derivar en desigualdades de género y violencia.
La dinámica de la sesión incluyó el desarrollo de un ejercicio donde los estudiantes contestaron a la pregunta: “¿Cómo me gustaría ser amado?”.
Las respuestas giraron en torno a la búsqueda de personas que sepan amarse así mismas, que tengan claro cuáles son sus metas para su desarrollo personal, sepan respetar las opiniones de sus parejas, no celen, no acosen, que respeten la individualidad del otro, que no violenten, entre otras.
Al respecto, las impartidoras se congratularon de la mayoría de las respuestas, no obstante, señalaron que es importante que identifiquen aquellas señales que pueden convertirse en violencia, como es que la pareja sea celoso/a y posesivo/a, que controle las acciones del otro, ordene y tome la mayoría de las decisiones.
En este sentido, las profesoras explicaron que si se ha vivido o se vive algunas de estas señales es importante que lo digan a su círculo de confianza, como pueden ser sus familiares, padres, de modo que reciban ayuda.
También, la escuela les ofrece una serie de instancias donde pueden acercarse para recibir asesoría, orientación psicológica, legal, para salir de esa situación, o si ya se está fuera, trabajar emocionalmente.
Libertad contra el patriarcado
En el plantel Sur, los estudiantes acudieron a la conferencia “Acciones para prevenir la trata de personas”, impartida por Guadalupe del Carmen Carrasco, quien compartió su testimonio sobre cómo fue salir de una situación de trata y retomó sus estudios de Comunicación y Periodismo en la UNAM.
La activista social expuso las razones que orillan a caer esta situación y explicó a los jóvenes cómo los tratantes reclutan a las personas y cómo se debe actuar para no caer en manos de secuestradores.
En la Sala de Audiovisual, Carrasco Álvarez también se refirió al marco jurídico:
“la ley contra la trata tiene 11 años, cuando me pasó a mí no existía, caí por una falsa oferta laboral. Ahora trabajo y tengo dos hijos, considero que la información es clave para prevenir, el gobierno y nosotros debemos llevar a cabo acciones para la prevención”.
“Este delito contiene todas las violencias, coarta la libertad, manipula, engaña; la libertad es uno de los principales derechos que tiene el ser humano”, dijo.
La activista social remarcó que la vulnerabilidad de las personas las lleva a caer en manos de criminales, a través de relaciones afectivas (enamoramiento); la falta de un pensamiento crítico (cuando son menores, sin conocimiento previo); por necesidad económica o promesas de realización personal, como a ella le ocurrió.
La periodista señaló que las niñas entre 13 y 17 años se han convertido en el grupo más susceptible de ser víctimas de trata, en su modalidad de explotación sexual; además, se estima que 850 mil niños viven en mendicidad forzada y se debería tener más de 600 refugios para estas personas, pero solo existen 10, por lo que pidió a los cecehacheros concientizar sobre esta situación.
Reformular contra el machismo
Por separado, en una actividad realizada en la Sala Gamma del plantel Sur para concientizar sobre los daños que el patriarcado también provoca a los hombres, la profesora Abigaíl Romo pidió a un grupo de estudiantes repasar frases acerca del machismo a través del juego Serpientes y escaleras.
En el ejercicio, los jóvenes presentaron tres tablas en las que se resaltaron actitudes machistas, pero también enunciaron formas para contrarrestar estas actitudes.
“Si hablamos de género, por lo general, nos enfocamos en la violencia contra la mujer y olvidamos lo que vive el hombre en el patriarcado; por ello, lo enfatizamos a través de un juego para distinguir estos patrones que tienen los varones por ser machos, masculinos y qué queremos cambiar”, dijo la docente.
“La masculinidad se entiende como lo opuesto a la feminidad, todos los hombres tienen que ser masculinos y todas las mujeres femeninas, no hay de otra. Es la idea que tenemos de comportarnos de alguna manera. En el patriarcado domina la masculinidad hegemónica, la que mueve prácticamente al mundo y la que queremos cambiar”, explicó.
La profesora comentó que estos roles de género son una construcción social de muchísimo tiempo: “una de las características principales de las masculinidades patriarcales es el machismo. El machismo es una forma de discriminación y va directamente en contra de la mujer, de las niñas, pero también de los hombres homosexuales”.
Por ello, resaltó la importancia de generar cambios en los varones y entender que, “si seguimos con los mandatos patriarcales, vamos a tener muchísimos problemas, como ya los tenemos en la sociedad”.