Jitomate1

Germina la cultura agrícola

Se preserva la especie en conjunto con otros proyectos

Germina la cultura agrícola
Se preserva la especie en conjunto con otros proyectos

El “Proyecto de investigación experimental de conservación de jitomate de Oaxaca” tiene por objetivo conservar dicho cultivo y, a su vez, la diversidad de especies alimenticias mexicanas. El trabajo está a cargo de los profesores Roberto Espinoza González y Luz del Carmen Ruiz-Amaro, en conjunto con tres docentes de diferentes áreas que se unieron para proteger esta variante de la fruta.

A su vez, también participan maestros encargados de los proyectos “La milpa en CCH Vallejo” y “Composta para llevar de una manera orgánica todo el procedimiento de este cultivo”.

Espinoza González explicó que el proyecto surgió del trabajo que ha realizado compañeros de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) para rescatar algunas variedades de jitomate que ya no se cultivan a gran escala y que podrían correr el peligro de extinguirse.

“La idea es cultivarlos, llevar a buen término el ciclo de cultivo para recuperar la semilla, ya que es un compromiso regresar parte de la misma para su propagación, además de hacerlo de la manera tradicional, sin pesticidas”.

Comentó que se recibieron 25 plántulas con pocos días de germinación, de las cuales los profesores y alumnos se han vuelto custodios, para su cultivación y protección. El huerto es un invernado con estructura de una carpa, la cual se adaptó y se envolvió con una red de fibra de polietileno que protege del sol y se colocaron mallas antiáfidos para evitar plagas.

Además, se cuenta con un tinaco, que almacenará agua de lluvia para el riego, sistema que contará con una bomba sumergible con derivaciones para instalar conectores y será de manera eléctrica, es decir, contará con un temporizador para un riego automatizado.

Para que las semillas germinen se requiere de un material especial: las bolsas tomateras, que los estudiantes llenaron con tierra de composta para después introducir las mangueras con las que se llevará a cabo el riego.

“La diferencia entre un jitomate tradicional y el de esta especie radica en el tamaño, forma y sabor que tiene pues esta última característica es muy particular. Otra característica es que poseen una vida de anaquel muy corta ya que suelen ser atacados por plagas muy fácilmente. Queremos que los chicos del CCH sean custodios de estas plántulas y este espacio”, finalizó Espinoza González. 

Los primeros resultados serán visibles a partir de diciembre.

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