Cambio climático, desarrollo y pandemia

Cambio climático, desarrollo y pandemia

Su solución demanda un enfoque multidisciplinario, señala Fernando Tudela

Cambio climático, desarrollo y pandemia
Su solución demanda un enfoque multidisciplinario, señala Fernando Tudela

Las crisis tienen elementos comunes, son de carácter global y no hay soluciones parciales para ellas, es decir, debe haber una intervención coordinada entre países y organismos de regulación mundial como la ONU, asegura Fernando Tudela, del Centro de Cambio Global y la Sustentabilidad.

En el marco de la Semana del Medio Ambiente en Tiempos de Pandemia, organizada por El Colegio Nacional, esta tercera sesión titulada “Cambio climático, desarrollo y pandemia”, coordinada por Julia Carabias Lilo, el científico mexicano señaló que las crisis confluyen generalmente de la siguiente forma:

cambio climático, en conexión con el deterioro de la biodiversidad, desajustes sociales, sociopolíticos y pandemias, pues son aspectos interrelacionados y que se determinan por la intervención humana en los sistemas de soporte de vida. Para superar estas crisis se necesitan “intervenciones sinérgicas”, equivalentes a una revolución industrial, que estén orientadas a una comprensión interdisciplinaria de la complejidad socioambiental. Además, estas crisis “tienen impactos sociales discriminadores: hay una población de pobreza, en condiciones de marginalidad y esta población desfavorecida es la que más resulta afectada por la crisis y es la que menos responsabilidad tiene en la determinación de sus causas”.

El experto señaló que es erróneo limitar la afrenta a las crisis con una sola disciplina: “Separan la causa del problema, la pandemia la describen como un proceso epidemiológico, al cambio climático como un efecto termodinámico de gases termoactivos y a los procesos socioeconómicos se tienden a ver como una realidad externa, y lo podemos ver claramente en la medida de respuesta que se implementó cuando se determinó la gravedad del Covid-19: no había vacuna o remedio inmediato, por ello se optó por el distanciamiento social sin prever el aspecto económico, y después la pandemia fue vista como un problema político mal planteado, es decir: se discute si la bolsa (la economía) o la vida (la salud), lo cual es absurdo, porque queremos tener ambas muy bien”.

“Si alguien piensa que una medida de respuesta epidemiológica hay que tomarla, ¿por qué no empezar desde el inicio a hacer cálculos para hacer frente? es decir, modularla, no supeditarla, no posponerla, no contraponerla. Modularla en función de un conjunto de problemas que exigen un enfoque multidisciplinario”.

Tudela destacó que en México “hay una enorme carencia de preparación frente a la crisis, las sociedades se han planteado medidas de respuesta tras un impacto público o climático, y se ha marginado el trabajo de prevención, porque existe una tendencia a asumir imprevisibilidad, es común decir: esto es rayo en cielo despejado, nunca hubiéramos podido prever lo que está pasando, pero ¿de veras no podemos prever? El conocimiento científico es una base para una intervención eficaz, si no entendemos científicamente los problemas no podemos intervenir”.

Otra de las problemáticas durante una crisis es la opinión pública y los mensajes que emiten los líderes políticos: “asumen posturas de irracionalidad, como atribuciones subjetivas de causalidades, negacionismos, la gente no cree que exista el Covid, sustituyen la ciencia por la ideología, además de haber fallas en la educación general básica, que no muestra respeto o fe en el trabajo científico. Hay una crisis de credibilidad generalizada, en unos países más que en otro”.

Además, señaló un error de la opinión pública que afecta de manera considerable la biodiversidad de los países: “parece que los ecosistemas son elementos externos, que su deterioro es inevitable, o sea que hay que maltratar la naturaleza para poder sobrevivir. Aunque sí debemos reconocer que hay un interés turístico: la OCDE ha hecho público que los servicios turísticos representan 125-140 millones de dólares al año, es decir: vez y media el PIB global. Una parte de la población estaría dispuesta a eliminar los virus, bacterias o elementos de la biodiversidad que no representen un beneficio económico”, agregó.

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