Charla sobre el Trastorno del Espectro Autista

Esmeralda Arriga Cruz explicó la necesidad de eliminar los prejuicios sobre esta condición

Charla sobre el Trastorno del Espectro Autista
Esmeralda Arriga Cruz explicó la necesidad de eliminar los prejuicios sobre esta condición

Esmeralda Arriaga Cruz, paidopsiquiatra con 23 años de experiencia en el tratamiento de niñas, niños y adolescentes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), ofreció una conferencia a través de Facebook Live para sensibilizar a la comunidad del plantel Oriente sobre esta condición del neurodesarrollo, la cual aún es mal interpretada o poco comprendida en diversos espacios escolares y sociales.

Durante esta charla, organizada por el Departamento de Psicopedagogía del plantel, explicó que el TEA no tiene una causa única identificada y no existe un espectro igual a otro.

Señaló que este trastorno se caracteriza, principalmente, por dificultades en dos áreas de funcionamiento: la comunicación social e interactiva, y los patrones restringidos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.

“Así, puede presentar comportamientos como retraso en el desarrollo del lenguaje, uso repetitivo o literal del lenguaje, dificultad para iniciar o mantener conversaciones, escaso o nulo contacto visual, expresiones faciales limitadas o inusuales y poca gesticulación”, dijo.

Comentó que también se identifica la dificultad para entender normas sociales, preferencia por la soledad o por rutinas estructuradas; escasa respuesta a estímulos sociales (por ejemplo, no responder al nombre) y dificultad para comprender emociones ajenas o propias.

Por último, puede involucrar movimientos repetitivos, fijación intensa por temas específicos, la necesidad de rutinas estrictas o malestar ante cambios en su entorno, aunque se aclaró que no siempre lo anterior implica autismo, por lo que se recomienda acudir a especialistas para un diagnóstico.

De este modo, enfatizó que, en la actualidad, las personas con autismo son malinterpretadas con frecuencia, incluso por docentes, compañeros y padres de familia, lo cual puede derivar en conductas de exclusión, maltrato o desatención.

En este sentido, remarcó la importancia de crear entornos educativos empáticos e informados, donde se entienda que las diferencias en el comportamiento no son sinónimo de rebeldía o desinterés, sino reflejo de una condición que requiere comprensión y acompañamiento adecuado.

Por último, la doctora motivó la reflexión sobre la necesidad urgente de educar para la inclusión y evitar que se discrimine a alguien por el desconocimiento de esta condición clínica. 

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