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Buenos libros te vuelan la cabeza

El escritor Paco Ignacio Taibo II charló con los estudiantes

Buenos libros te vuelan la cabeza
El escritor Paco Ignacio Taibo II charló con los estudiantes

“Libros que te vuelan la cabeza”. Así se llamó la charla virtual que ofreció el escritor Paco Ignacio Taibo II a alumnos del CCH dentro del ciclo Viernes del Fondo. La lista de esos libros explosivos, señaló el también director del sello editorial Fondo de Cultura Económica, “es tan larga, que me va a volar la cabeza intentar reconstruirla; me interesa hablar con ellos, los lectores, pero también con quienes no lo son, aquellos que no han descubierto las puertas abiertas del fenómeno de la lectura”.

Lo anterior, explicó el novelista, significa que “en una sociedad que privilegió otras formas de entretenimiento, y no traigo broncas con ninguna, ni con los videojuegos ni con el futbol, de alguna manera la lectura se convirtió en algo que está asociado a trabajo, obligación, tareas. ‘Si no lees estos libros no llegas al examen’. Es decir, la lectura está ligada a la educación formal y esto, de alguna forma, creó rechazo en muchos jóvenes. Creó la falsa idea de que leer es aburrido, es un castigo”.

El escritor observó que, a pesar de que el mundo actual les está construyendo el futuro a los jóvenes, también los oprime y les genera una “rebelión antilectora, que es muy peligrosa; bloquea la lectura por placer, por descubrimiento o por subversión, la lectura a contracorriente, y a veces dan ganas de decir, cuando preguntan qué leer, lee lo que te dé la gana y hazte una lista de los libros que te prohíben, los que te dicen que no son interesantes para ti, esos son lo que hay que leer”.

Y continuó: “Sigo leyendo con la misma intensidad y preocupación. Este es el mensaje que tratamos de introducir en la formación de los clubes de lectura”.

Taibo relató que fue un lector prematuro por razones de enfermedad, “pasé los primeros años de mi adolescencia víctima de todas las enfermedades que había, la radio era muy mala y la TV asquerosa. Entonces me refugié en el libro, mi familia me abrió la puerta y me metí en ella”. En ese sentido, recomendó a los jóvenes que no usen la lista de libros de otros: “Hagan su propia lista, pues cada libro tiene un impacto y una fuerza particular; hay libros que los escribieron para ti, pero no lo sabes, debes descubrirlo y si lo haces, lo vas a agradecer enormemente”.

Expresó que hay un mundo que leer: “novelas, poemas, aventuras, fantasía, naves espaciales y miedos; alguna vez platiqué que me imaginaba a un adolescente como lo eran mis compañeros de salón, de los barrios polvosos de Nezahualcóyotl o Azcapotzalco, que de repente se veía en una cuarteta de Quevedo, ‘polvo serás, mas polvo enamorado’, no cualquier polvo. Esto significa un salto en términos de conciencia hacia adentro y hacia afuera. La habilidad de un libro de volarte las neuronas está ahí, abran la puerta”. 

El escritor invitó a organizarse para leer y comentar lo que leyeron, “porque es una diversión extra compartir las visiones de un mismo libro; la propuesta que hacemos conjuntamente es que ustedes formen clubes de lectura, nosotros los organizamos y les regalamos libros, es lo que llaman un fondo semilla para el club y arranquen”.

La virtud de todo esto, subrayó, “está en el carácter subversivo de crear clubes de lectura a lo largo de una sociedad que dicen que no lee. Los feos, los malosos, los oligarcas no leen. Si un club de lectura puede propiciar, por ejemplo, que iniciemos la guerra cultural contra el machismo ridículo, y arrinconamos el pensamiento machista, esta sociedad puede avanzar hacia adelante y la lectura puede ayudar a dar este salto. Cuando leamos con perspectiva de género, pero invertida a adolescente machín que lee una novela escrita por una mujer, puede ser otro, es el principio de la democracia suprema, la capacidad de que mientras lees eres otro”. 

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