“Hablar del derecho de las mujeres jóvenes a vivir una vida libre de violencia es hablar de sus derechos sexuales, reproductivos y humanos”, señaló Alma Patricia Piñones, feminista y maestra en Psicología por la Facultad de Psicología de la UNAM.
Su postura fue expresada en el Foro 1 de las Jornadas de Humanidades Un día para todas y todos, Los derechos de las mujeres, donde la especialista explicó que la violencia inicia con discriminación directa hacia las mujeres en instituciones, trabajos, medios de comunicación, escuelas y familias, “y encuentran el punto extremo en el feminicidio como expresión máxima de ataque”.
Otras formas de violencia son: la simbólica, que se ejerce a través de las prácticas culturales que colocan a la mujer en un lugar de subordinación; la estructural, que ocurre en el marco de las instituciones y es invisibilizada. “Y también es violencia cuando no se atiende la agenda de los derechos humanos y reproductivos de los seres humanos”, apuntó la fundadora del Programa Universitarios de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM.
Actualmente existen estudios de organizaciones ciudadanas que reportan datos relevantes sobre este tema y también sobre jóvenes que abandonan sus estudios por maternidad y paternidad a tempranas edades. El 43 por ciento de la gente joven, refieren esas estadísticas, ha tenido relaciones sexuales antes de los 15 años; el 53 por ciento dicen haber estado embarazadas o haber embarazado a alguien; cuatro de cada 10 no se protegieron con ningún método de barrera o anticonceptivo; una de cada 10 se embarazó, y 55.6 por ciento está de acuerdo con que la mujer tiene derecho a decidir cuántos hijos y cuándo tenerlos; sin embargo, acotó, en muchos estados de la República no se permite el aborto y se criminaliza a quienes ejercen ese derecho.
Por otra parte, resaltó Piñones, es importante destacar el derecho al placer de los seres humanos. En el proyecto SexUNAM, sobre salud sexual y reproductiva, de 1993 a 2000 los jóvenes de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades que participaron hicieron hincapié en el siguiente concepto: “No sólo debemos hablar de sida y virus del papiloma humano, tenemos que hablar de educación sexual integral, para no exponernos a enfermedades o embarazos no deseados”.
Para erradicar la violencia hacia la mujer, enfatizó, es necesario que el tema se convierta en un objetivo central de las agendas gubernamentales, públicas, institucionales y académicas. “Necesitamos avanzar hacia una política pública que subraye la protección para las mujeres y se necesita voluntad política, recursos humanos, técnicos y financieros, prevenir, atender y sancionar; pero, sobre todo, romper el pacto patriarcal para cambiar de manera integral la sociedad”, consideró la especialista en el tema.
Patricia Piñones ha participado en coordinaciones y en proyectos con jóvenes, con docentes en el Proyecto (SexUnam), formando como promotores en salud sexual y reproductiva, conducido en la UNAM de 1993 a 2001. Fue coordinadora de Área, secretaria Técnica y secretaria Académica del Programa Universitario de Estudios de Género (actualmente CIEG); sus áreas de trabajo y líneas de investigación son: jóvenes, sexualidad, género, incorporación de la perspectiva de género, y desarrollo de política pública, así como la formación y sensibilización en género dirigida a instituciones gubernamentales, de la sociedad civil y la UNAM. Ha impulsado y dado seguimiento a proyectos de igualdad, justicia y transversalización de la perspectiva de género y a otros de intervención educativa.
Ha sido consultora de agencias de cooperación internacional como la ONU, la OMS, OPS, UNFPA y CEPAL. Coordina desde 2008 el área artístico-pedagógica del Proyecto Mujeres en Espiral, Proyecto de arte, justicia y género con mujeres presas, adscrito a la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. Es integrante de los consejos consultivos del Instituto de las Mujeres de la CDMX y Asambleísta de la Fundación Semillas.
