“Me voy un poco más lejos, ‘no deberíamos apostar al olvido’. Sin romper con su pasado, el Colegio debe generar nuevas formas de acción, de trabajo colegiado, de apuesta por un futuro, que llegó sin que estuviéramos preparados del todo”.
Así, parafraseando al escritor español Federico García Lorca (1898-1936), con una línea de su obra de teatro Así pasen cinco años, la profesora María Isabel Gracida Juárez presentó su ponencia “El modelo educativo del CCH en el contexto de la educación en línea”.
La actividad estuvo enmarcada en la Jornada Académica Experiencias en las clases en línea y el uso de las nuevas tecnologías, que fue inaugurada por el director general el CCH, Benjamín Barajas Sánchez, quien destacó “la importancia de hacer una amplia reflexión, para recuperar las experiencias de nuestros profesores y alumnos, quienes han vivido en toda su complejidad, la docencia mediada por las plataformas y recursos digitales por más de un año; sin que podamos afirmar hasta hoy, cómo será el regreso y en qué circunstancias específicas.
“Se habla, en este sentido, de una docencia híbrida o mixta que, en el mejor de los casos, echaría mano de los recursos digitales y virtuales para favorecer el aprendizaje de nuestras alumnas y alumnos en la modalidad presencial; y en estas circunstancias también entran en juego los temas de la infraestructura, el acceso a la conectividad y a los equipos y, sobre todo, la formación de los profesores para capacitarlos en el uso de las nuevas tecnologías, etcétera”, señaló el director.
En este sentido, Gracida Juárez planteó una propuesta de trabajo y algunos puntos: la identidad del Colegio y cómo mantenerla ante los múltiples desafíos del presente; el CCH ante los retos de la pandemia, y el Modelo Educativo, ¿tiene presente y futuro?
La docente afirmó: “Los retos y desafíos son realmente enormes. Atender a una población de las más vulnerables y que ha padecido reclusión, ese alumnado joven que nos costaba trabajo callar en el aula, que se movía, respiraba de otra manera, y de repente esos estudiantes se vieron recluidos junto con nosotros, pero con menos herramientas que nosotros”.
Otro gran desafío en el que el Colegio siempre ha sido ejemplo, prosiguió, “es continuar con la formación del profesorado, pues necesitamos más que nunca reinventar la docencia, no sólo con una actualización tecnológica, porque, por sí sola, no nos dice nada; nos da herramientas, pero si no sabemos usarlas para conseguir algo en el aula, significativo o trascendente, no nos sirven. Debe haber una nueva mirada didáctica, pedagógica, que requiere preguntarnos en colectivo: ¿cuál es nuestro papel en este nuevo horizonte social e histórico?”.
La profesora, que pertenece al Consejo Académico del Bachillerato, dijo que es importante, ante los retos de la pandemia, “saber que el Colegio reaccionó, y lo hizo muy pronto, a todos los desafíos del trabajo a distancia; que en muy poco tiempo organizó múltiples cursos y formas de acompañamiento para el profesorado, pero al margen de ello debe ponerse de relieve que, si bien se dotó de herramientas y formas de trabajo para aulas virtuales, todavía no se ha discutido lo necesario respecto a las nuevas didácticas para este tipo de actividad virtual”.
La tecnología para qué, se preguntó. “Como una herramienta para conseguir qué clase de aprendizajes, con qué nuevos horizontes, con qué nuevas miradas. Tenemos un porcentaje significativo de elementos para la actualización, pero no hemos tenido el tiempo de preguntarnos qué hacemos con estos instrumentos, y lo más importante, cómo pueden impactar en los aprendizajes del alumnado”.
Es connatural, señaló, a la propuesta de nuevas herramientas, generar también nuevas miradas en la evaluación, que nos permitan hacerlo precisamente a partir de los usos de estas nuevas formas de adquirir aprendizajes. Es evidente que con la pandemia se acentúo, para muchos, la tentación de hacer clases más expositivas y tampoco podíamos decir que no; era lo que teníamos, no nos habían mostrado otros caminos, los fuimos encontrando.
