La investigación educativa realizada hace cinco décadas arrojó una radiografía sobre el perfil del estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades de aquel entonces, misma que ahora también permite hacer una valoración sobre cómo son las y los cecehacheros, sus desafíos académicos y cuáles han sido los avances en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Lo anterior fue señalado por Roberto Rodríguez Gómez, doctor en Ciencias Sociales y especialista en política educativa, en “Primeras investigaciones sobre estudiantes del CCH en el origen de la Secretaría de Planeación”, cuarta ponencia del ciclo de conferencias “Planeación, estudiantes y profesores”, como parte de las actividades con motivo del 50 aniversario de esa secretaría.
Con la participación de Dulce Santillán, titular de la Seplan; Elsa Guerrero, colaboradora; e Iris Jiménez, moderadora, el también director del Programa Universitario de Estudios sobre Educación Superior hizo un breve recorrido sobre la creación de esta secretaría.
El especialista del Sistema Nacional de Investigación (SNI) nivel III explicó que, a finales de 1975, dicha secretaría inició un trabajo de investigación, con el apoyo del sociólogo Jorge Ernesto Bartolucci Incico, quien permitió conocer cómo estaba estructurada la población del Colegio en sus primeros años de trabajo educativo.
“La primera línea y proyecto de investigación de esta secretaría fue el perfil del alumno del Colegio de Ciencias y Humanidades; fue previsto para su realización a través de tres encuestas, una por año, a la generación que ingresó en 1977, es decir, la Generación 77-79. También fue previsto un seguimiento a su egreso”, destacó.
El investigador destacó que en este proyecto también se trazó el perfil del docente del CCH, estudio que considera dos elementos cualitativos, además de un análisis enfocado en las condiciones laborales de los docentes.
“Por el tamaño del reto del Colegio, esa primera generación de docentes apenas y contaba con estudios de licenciatura, algunos de ellos ni siquiera habían concluido ese primer grado universitario, pero todos habían sido contratados como personal de asignatura”, recordó.
Agregó que una tercera línea de investigación estaba centrada en el Modelo Educativo del Colegio, sus rasgos y características, además del proyecto de investigación Análisis institucional del Colegio de Ciencias y Humanidades.
Para realizar este trabajo se estableció una ruta de investigación. En este contexto, resaltó los desafíos del trabajo de campo y las entrevistas, ya que “no existían las herramientas de ahora, como los celulares, entre otros”. Para ello, explicó la capacitación que tuvieron los encuestadores, las pruebas piloto y el muestreo.
Entre las valoraciones a conocer se encontraban los hábitos de estudio, los problemas de aprendizaje y buenas prácticas para éxito escolar que enfrentaban los estudiantes; también la identificación de problemas referentes a la regularidad y los aprendizajes difíciles de estudio, entre otros.
Así llegaron al Colegio
De acuerdo con los resultados de la encuesta, se estableció que la población de la Generación 77-79 estaba conformada por 70% hombres y 30% mujeres, mientras que la mayoría cursaba sus estudios de acuerdo con su edad, solo una minoría (20%) era población adulta.
Asimismo, los resultados mostraron que un número importante de jóvenes pertenecían a la denominada clase media, cuyos padres eran trabajadores asalariados y contaban con escolaridad básica.
En este punto, el académico explicó que entre las aspiraciones más importantes de estos jóvenes estaba el estudiar y concluir una licenciatura, es decir, alcanzar la educación superior”, ya que estaba acompañado por las expectativas familiares. Sin embargo, aún faltaba trabajo en el recién fundado Colegio para mantener una cifra aceptable de egreso y de alumnos regulares.
A estos resultados se sumaron la compatibilidad con el Modelo Educativo del Colegio, así como el trabajo en equipo, “una práctica muy novedosa para entonces”; además, “se abonaba la empatía con los profesores, característica distintiva del CCH en los años 70, lo que fue un factor que alimentó la legitimidad del proyecto educativo”.
Por lo anterior, el especialista indicó que el enfoque de estas investigaciones permitió detectar las dificultades en los aprendizajes, así como en las trayectorias académicas, estudios a la problemática de los aprendizajes y el desempeño escolar. Esto también se vio reflejado en las acciones del Colegio para que en los años posteriores se crearan programas de apoyo al aprendizaje y estrategias de acompañamiento al alumno.
Por último, el académico expresó la importancia de continuar con este trabajo de investigación, ya que el contexto de la juventud ha cambiado y ahora se enfrentan a nuevos desafíos, entre ellos, las tecnologías, los ambientes en sus respectivos planteles, sus espacios y el modo de relacionarse, entre otros.
