El ejercicio físico provoca efectos benéficos desde el punto de vista fisiológico, psicológico y social, activando una serie de procesos encargados de mantener y proteger a las células nerviosas (sistemas de neuro-protección fisiológica).
Seguro de que el ejercicio físico protege al cerebro de las agresiones externas e internas, es evidente que la vida sedentaria es un factor de riesgo para las enfermedades neurodegenerativas.
El ejercicio físico practicado de manera regular no solo es beneficioso para la salud física, sino que también puede tener efectos positivos significativos en la función cognitiva, incluida la memoria.
Integrar una rutina de ejercicio físico en las actividades cotidianas, puede ser una estrategia efectiva para mantener la salud cerebral y mejorar la memoria a largo plazo.
El cuerpo humano necesita actividad física para mantener una serie de funciones básicas.
Mover el cuerpo mientras se hace ejercicio físico requiere de una activación cerebral generalizada.
Aparte de coordinar el movimiento de los músculos implicados en el movimiento que se realice, el cerebro coordina las funciones corporales necesarias para que los músculos funcionen correctamente, todo regulado por distintos centros nerviosos distribuidos en zonas muy dispares del cerebro.
Por ello, el ejercicio físico activa amplias zonas cerebrales y no unas pocas concretas.
Algunos de los principales beneficios que se han identificado en la función cognitiva con la práctica regular de ejercicio físico son que mejora del flujo sanguíneo cerebral, ya que el ejercicio aeróbico aumenta el flujo sanguíneo hacia el cerebro, lo que puede mejorar la entrega de oxígeno y nutrientes a las células cerebrales, promoviendo su salud y funcionamiento óptimo.
Además, permite la estimulación del crecimiento de nuevas células cerebrales. Se ha demostrado que el ejercicio físico genera la producción de factores de crecimiento en el cerebro, lo que puede promover la formación de nuevas células cerebrales (neurogénesis) en regiones clave para la memoria, como el hipocampo.
Tambien ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, lo que a su vez puede mejorar la función cognitiva, incluida la memoria.
Aunado a ello, mejora la calidad del sueño, es decir, puede promover un sueño más profundo y reparador, lo que es crucial para la consolidación de la memoria y el funcionamiento cognitivo óptimo.
El ejercicio físico disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, ya que ayuda a mantener la salud cardiovascular; dichos padecimientos pueden afectar negativamente la circulación sanguínea al cerebro y, por lo tanto, la función cognitiva.
Asimismo, puede promover la plasticidad sináptica, que es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse en respuesta a nuevas experiencias.
Lo anterior puede mejorar la capacidad del cerebro para formar y mantener conexiones neuronales, lo que es fundamental para la memoria y el aprendizaje.
Por último, se ha demostrado que el ejercicio físico regular está asociado con un menor riesgo de deterioro cognitivo y demencia en la vejez.
En resumen, el ejercicio físico regular puede tener múltiples beneficios para la memoria al mejorar la circulación sanguínea, promover la liberación de neurotransmisores, estimular el crecimiento de nuevas neuronas, reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.
Recientemente se ha planteado que, aunque la sabiduría popular reflejada en el viejo aforismo romano “mens sana in corpore sano” reconocía la evidente conexión entre salud física y mental, sólo se ha prestado atención a la relación entre el ejercicio físico y la función cerebral.
Por lo tanto, incorporar ejercicio físico en la rutina diaria puede ser una estrategia eficaz para mejorar la salud del cerebro y mantener una buena función cognitiva a lo largo de la vida.
Referencias de consulta
Barrios Herrero, L. (2011). Aportes del ejercicio físico a la actividad cerebral. Educación Física y Deportes, Buenos Aires. Artículo disponible en: https://efdeportes.com/efd160/aportes-del-ejercicio-fisico-a-la-actividad-cerebral.htm
Vivar, C. (2022). El ejercicio físico y el cerebro. Artículo disponible en: https://www.fisio.cinvestav.mx/documents/Vivar&Silverio-Ciencia-2022.pdf