Las instituciones de educación superior públicas deben adecuar sus metas y programas para superar la crisis actual, aprender de sus experiencias, adaptar sus capacidades y colaborar más efectivamente para afrontar los problemas que afectarán la educación y el desarrollo de la ciencia en nuestras naciones.
Ese fue el llamado de Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, en la inauguración del Taller conversacional de reflexión y prospectiva Impacto de las TIC en las Macrouniversidades de América Latina y el Caribe, donde señaló ante sus homólogos de la región: “Todas nuestras instituciones tienen pendientes; si bien pudimos educar en forma remota, quienes se vieron más afectados fueron, como siempre, el estudiantado de escasos recursos económicos”.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “la conectividad en la región está vinculada al nivel de ingresos, con una brecha digital y socioeconómica de casi 40 por ciento entre el quintil más rico y el más pobre”, informó el rector Graue, quien también preside de la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe.
En ese sentido, subrayó que los estudiantes del quintil familiar de menores ingresos tienen poco acceso a una computadora en su casa, lo que incide entre el 10 y 30 por ciento de alumnos, en las distintas naciones de la zona; “aunado a la desigualdad de género que afecta a las mujeres sobre la disposición de equipo y tiempo de empleo”.
La realidad socioeconómica de la región, añadió, es compleja: “Las desigualdades históricas y estructurales se han acentuado en los meses de pandemia, alcanzando niveles sin precedentes y se espera que los efectos económicos se vean reflejados en años por venir”.
Sin embargo, se ha aprendido el valor de las tecnologías para cumplir con las funciones; se puede mejorar, eventualmente abatir tiempos y costos, y optimizar espacios educativos.
Ante los rectores Hugo Oscar Juri, de la Universidad de Córdoba; Vahan Agopyan, de la Universidad de São Paulo; Miriam Nicado, de la Universidad de La Habana; Rogelio Garza, de la Universidad Autónoma de NL; Zully Vera, de la Universidad de Asunción, y Arturo Reyes, director general del Politécnico Nacional, Graue afirmó: “Las macrouniversidades tienen mayores capacidades de infraestructura y de investigación que pueden compartir para encontrar soluciones a los problemas que se enfrentan en la región”.