La Fiesta del Libro y de la Rosa, también conocido como el día de San Jorge, es una celebración arraigada en la tradición literaria y cultural de diversos países. Esta festividad, que tiene lugar el 23 de abril de cada año rinde homenaje a los libros, las rosas y la literatura en general. Es una jornada en la que se fomenta la lectura y se celebra el amor por los libros entre personas queridas y enamoradas.
En este contexto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha asumido un papel destacado en la promoción de la lectura tanto dentro de la comunidad universitaria como en el público en general. A través de una amplia oferta editorial y diversas actividades culturales y artísticas, la UNAM busca enriquecer el gusto por la lectura y el conocimiento.
La celebración del Día del Libro adquirió relevancia a nivel internacional gracias a la coincidencia con la festividad de San Jorge y al descubrimiento de que numerosos escritores nacieron o murieron en esta fecha. Esta observación llevó a la UNESCO a declarar el 23 de abril de 1995 como el Día Internacional del Libro, extendiendo así la celebración a más de 100 países alrededor del mundo.
En el ámbito local, la comunidad Vallejo comprometida con la promoción de la lectura mediante iniciativas innovadoras como "Cita a ciegas con un libro” permitió a alumnos, profesores y trabajadores elegir un libro envuelto en papel decorado, sin conocer su título o autor, con la idea de descubrir nuevas lecturas más allá de las apariencias.
Siguiendo el consejo de Mary Ann Evans de "nunca juzgar un libro por su portada", la "Cita a ciegas con un libro" se convirtió en un espacio donde la lectura, las tradiciones y la cultura se entrelazaron, fomentando un ambiente literario inclusivo y enriquecedor acompañado de rosas y un ambiente de celebración y pasión por la lectura.
La variedad de libros disponibles abarcó desde poesía hasta ensayos, con el objetivo de ampliar los horizontes de lectura de los participantes y animarlos a explorar géneros y temas nuevos. Esta iniciativa buscó desafiar las preferencias habituales de los lectores y abrirles la puerta a nuevas experiencias literarias.
En definitiva, el Día del Libro y de la Rosa fue mucho más que una celebración; se convirtió en una oportunidad para celebrar la diversidad de la literatura, promover el amor por la lectura y enriquecer el diálogo cultural entre personas de diferentes ámbitos y gustos literarios.
