Alumnos de los planteles Azcapotzalco y Naucalpan visitaron la Casa Universitaria del Libro (Casul), donde hicieron un recorrido guiado por el escritor mexicano Alberto Chimal, quien leyó textos de uno de los más populares maestros de la literatura de terror, Edgar Allan Poe, y habló sobre el valor que en estos días tiene este género.
Las historias de terror transportan al lector a una zona donde el miedo puede invadir sus sentidos desde la seguridad del hogar, a diferencia de las situaciones de riesgo que se pueden vivir en la vida real, aseguró, y puso como ejemplo el terror que se puede vivir al estar en el transporte público, en un horario nocturno o de madrugada, en una ciudad como la nuestra.
Recordó que, a lo largo del tiempo, los múltiples relatos y figuras de ciencia ficción han acompañado a los lectores en sus sueños, pero tanto las historias como las figuras de dichos relatos inciden de diferentes maneras en los lectores, quizá porque cada uno conoce distintas versiones de ellos.
Por ejemplo, el vampiro, pues hay quienes conocieron al del Drácula, de Bram Stoker; otros, al reluciente Edward Cullen (Crepúsculo), de Stephenie Meyer, mencionó a los chicos, quienes estuvieron acompañados por el equipo de organizadores y representantes de editoriales como Almadía y Ediciones Era.
La plática cerró con un intercambio de preguntas y respuestas que sirvió a los cecehacheros para interactuar con el autor y llevarse su autógrafo en un libro que les obsequiaron a su llegada.
Por separado, el secretario de Arte y Cultura del plantel Naucalpan, Isaac Hernández, destacó que la visita a Casul es parte de las actividades que la Coordinación de Comunidad CulturaUNAM dirige a los alumnos del bachillerato.
Su propósito, dijo, es acercar a las y los alumnos a la lectura, por medio de actividades atractivas y trabajo conjunto con las editoriales, en este caso, trayéndolos a que conozcan este emblemático inmueble y el trabajo de grandes autores, como es el caso de Chimal.
Sobre la experiencia, César Saldaña, alumno de quinto semestre, destacó su sorpresa al descubrir un poco más a este autor, tanto en lo personal como en lo profesional, y consideró que el terror expresado en la literatura es algo muy distinto a lo proyectado en las películas, ya que en las cintas hay un reduccionismo y las ideas se ven acotadas por el presupuesto invertido, a diferencia de los libros, donde los límites tienen que ver con la imaginación y la profundidad de las ideas.
