Existen cambios de un momento a otro en la vida, el entorno y las relaciones personales, algunas de éstas se fortalecen o desaparecen con el tiempo, no obstante, lo importante es saber soltar, dejar ir y no aferrarnos a la idea de esperar.
Es importante deshacernos de todo aquello que nos produce apego. Estos objetos, aunque insignificantes, son vestigios de amores que no pudieron ser y que terminaron guardados entre cajones, y ocupan un espacio en nuestra mente.
Por ello, el Museo Cecehachero de las relaciones rotas llegó a la Sala Revueltas como un espacio para desprenderse y expresar lo experimentado durante la relación fallida.
A la entrada del museo hay unas copas, una zapatilla y un juego de arras acompañadas del mensaje: “Creí que el amor era algo muy fuerte y lo resistía todo, pero me equivoqué, en realidad es tan frágil como estas copas”, la tía cecehachera.
Se expusieron 50 objetos, entre ellos, prendas de vestir, peluches, cartas, flores y fotografías; los mensajes de desamor dieron la bienvenida al museo, ahí también encontramos historias de amores, amistades y hasta matrimonios que no funcionaron.
Había una pizarra lista, para que los asistentes dejarán sus frases de amor y desamor, ésta se cubrió a los pocos minutos de la apertura del museo. Las donaciones continuaron durante los días de exposición haciendo crecer aún más la colección.
El principal objetivo de esta exposición fue cerrar ciclos dolorosos, ser parte del duelo y superar la ruptura de una manera creativa, permitiendo que nuestra comunidad contara su historia más triste.
