En 1961, el International Theater Institute designó el 27 de marzo como el Día Mundial del Teatro. Los objetivos que se perseguían al establecer un día para aplaudir al teatro fueron: celebrar la esencia, belleza e importancia del arte teatral, su papel significativo en la industria del entretenimiento y el impacto simbólico que tiene en la vida.
También, informar a los gobiernos, políticos, instituciones y a los accionistas de alrededor del mundo sobre el valor del teatro para la gente y su potencial para el crecimiento de la economía.
Además, promover el discurso social, el diálogo y el cambio potencial de la sociedad. El teatro es un fenómeno cultural que demanda a la sociedad que se examine en un espejo, a través del cual se puedan estudiar los problemas que nos aquejan con el fin de encontrar soluciones.
Por último, para recordar que el teatro es una oportunidad de expresión individual, de exploración y conexión.
En el Colegio de Ciencias y Humanidades, el Día Mundial del Teatro se ha celebrado coincidentemente con los Concursos de Teatro Estudiantiles que se realizan a lo largo del mes de marzo.
Las dinámicas de cada plantel y los eventos que se realizan cada año han llevado a realizar los concursos en los periodos que resultan más convenientes.
Por ejemplo, este año, en la semana del 3 al 7 de marzo se celebraron los Concursos de Teatro Estudiantil de los planteles Oriente y Sur; el de Azcapotzalco se realizó del 18 al 21 de marzo, y los de Naucalpan y Vallejo se realizan a lo largo de esta semana, es decir, del 24 al 28 de marzo.
En este año, estos dos últimos concursos se caracterizaron por tener más participación de obras, ya que en Vallejo participan 24 puestas en escena. Por su parte, Naucalpan celebra XV años de realizar este concurso con 15 obras.
La conexión
A pesar de que el motor que motiva a los distintos grupos a participar en el Concurso de Teatro es la posibilidad de ganar uno o varios premios, es importante recordar por qué la celebración del Día Mundial del Teatro se relaciona con el ejercicio de la producción de obras de teatro estudiantil en nuestros planteles, en especial, en el cuarto punto, que se refiere a la expresión individual.
El teatro nos ayuda a confirmar que, con la presentación de nuestras producciones, ganamos colectivamente.
En el corazón del teatro estudiantil se observa un impulso de hablar de aquellos temas que nos interesan y que, por ende, abren un espacio para que la expresión individual del alumnado se manifieste arriba de un escenario.
Por lo anterior, en un Concurso de Teatro Estudiantil se pueden observar puestas en escena que surgen de reinterpretaciones de la tragedia griega, de la comedia latina, o del drama isabelino, lo mismo que de producciones que traen a nuestros escenarios adaptaciones de Edgar Allan Poe, o del propio Juan Rulfo.
Entre las vastas posibilidades dramatúrgicas, la selección del material a representar conlleva la intención de mostrar aquello que nos interesa y, por ende, que es testigo de quienes somos.
Nuestros concursos de teatro también han traído a escena la obra de dramaturgos que se gestan en nuestro Colegio. Profesores, como Octavio Barreda y Netzahualcóyotl Soria en Naucalpan, o Manuel Chávez en Sur, han escrito teatro para sus grupos.
Asimismo, los concursos también han ofrecido la oportunidad para que alumnos y alumnas escriban obras originales o adaptaciones.
La magia se da durante la semana que dura el evento, cuando las obras se ven presentadas ante un público. Esta materialización promueve que la expresión individual de quienes escriben sea sostenida y enriquecida por quienes dirigen, diseñan e interpretan.
Esta sinergia creativa que ocurre en nuestros Concursos de Teatro Estudiantil nos permite asegurar que el Día Mundial del Teatro se celebra a lo largo de un mes con bombo y platillo en nuestro Colegio.