San Manuel Bueno, mártir

San Manuel Bueno, mártir

Obra de Miguel de Unamuno, parte de Textos en Rotación

San Manuel Bueno, mártir
Obra de Miguel de Unamuno, parte de Textos en Rotación

Para disfrutar la novela San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno, “sin ideas preconcebidas”, la escritora Claudia Cabrera Espinoza, doctora en letras españolas, presentó a los jóvenes del Colegio de Ciencias y Humanidades un breve recorrido histórico del autor y su obra, en la presentación del volumen que forma parte de la Colección Textos en Rotación, publicado por el CCH.

“Felicito al Departamento editorial del CCH por haber tenido la iniciativa de reeditar este conjunto de textos valiosísimos y ponerlos al alcance de los estudiantes; se trata de un verdadero rescate de algunas obras importante para la historia de la literatura hispánica, me sumo a la felicitación por la magnífica selección de libros”, afirmó la académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Se trata, mencionó, de textos que no son de fácil acceso, “es maravilloso que estén nuevamente disponibles”.

San Manuel Bueno, mártir, dijo, “es un libro breve, magnífico; a lo largo de su lectura nos damos cuenta de la importancia que el autor le da a la parte filosófica, a la reflexión teológica. Produce verdaderamente un vértigo intelectual. Celebro la elección de esta obra de Unamuno, es una pequeña joya”.

 

Contexto determinante

Miguel de Unamuno (Bilbao 1864-Salamanca 1936) perteneció a la Generación del 98, junto a autores, como Ramón María del Valle-Inclán; Jacinto de Benavente; Pío Baroja; José Martínez Ruiz (Azorín); y Antonio Machado. “Cada uno de estos autores en su dramaturgia y narrativa tienen una manera particular de escribir, pero en cuanto a lo ideológico muchos puntos en común, particularmente en tratar temas españoles”, precisó.

El contexto histórico es importante en la producción literaria de De Unamuno, desde su infancia vivió La gloriosa, una sublevación militar que culminó con el destronamiento de la Reina Isabel II y que provocó el llamado sexenio democrático (1868-1874), con lo cual más adelante se instala la monarquía parlamentaria y posteriormente, la Primera República Española.

La apatía generalizada ante la decadencia del imperio, que De Unamuno llamó el Marasmo cultural, se detona un aparente pesimismo, los escritores de la generación del 98 buscan a través de la cultura mejorar la situación, a través de la exaltación del valor patriótico, la regeneración de España, sostuvo la especialista.

El autor también fue profesor de Latín y Psicología. Entre sus obras se encuentran Amor y pedagogía (1902), Niebla (1914), Abel Sánchez (1917), La tía Tula (1921), Cómo se hace una novela (1927) y San Manuel Bueno, mártir (1931). También colaboró en algunos periódicos.

 

Fe e inmortalidad

Al referirse a la novela, la especialista explicó que está escrita en primera persona y la voz narrativa es de una mujer, y esto fue curioso, se publicó por primera vez en 1931, en la revista La novela de hoy.

“Es una novela que está escrita a manera de analepsis, es decir de flashbacks, que regresa en el tiempo. Se desarrolla la trama en un pueblo ficticio, la protagonista vive con su madre y habla desde el principio del cura Don Manuel, que es un cúmulo de virtudes, que se preocupa por todas las personas del pueblo y no da muestra de ambiciones.”

Y agrega, “Angela, la protagonista, tiene un hermano que regresa de América con un acervo cultural muy refrescante para la época en España, él observa que el cura del pueblo influye mucho en su madre y hermana, por lo que empieza a investigar sobre él. En el texto se desarrolla un diálogo rico que se convierte en una reflexión en torno a la importancia de la creencia en Dios por parte del pueblo, pero más adelante se vislumbra que el cura tiene un secreto, una estrategia novedosa que genera gran impacto en el lector”.

En la historia hay muchos rasgos de las reflexiones que Unamuno hizo a lo largo de su vida, plantea su preocupación en relación con la fe católica y la manera de creer en la divinidad, además de la inmortalidad, que es otra de sus inquietudes. Cuestiones complejas que él y los filósofos no han llegado sin resolver, finalizó la ponente. 

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