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Observador de la modernidad mexicana

Libros UNAM publica los ensayos del autor acerca de nuestra cultura popular

Observador de la modernidad mexicana
Libros UNAM publica los ensayos del autor acerca de nuestra cultura popular

Carlos Monsiváis (1938-2010) desarrolló en su producción literaria una aguda visión de las manifestaciones del ámbito popular y de la alta cultura, pues para él, tanto las fiestas patronales, los conciertos en el Palacio de Bellas Artes y las marchas en favor de la diversidad, debían ser tratados como ejemplo del desarrollo de la sociedad mexicana.

Tres de sus crónicas fueron compiladas por Guillermo Osorno en el libro Carlos Monsiváis, marcado con el número 144 de la serie Material de Lectura, en su vertiente destinada a la narrativa, de la UNAM.

Los textos son una de sus primeras crónicas y el publicado en 2007 está dedicado a las 20 mil personas que se desnudaron en el Zócalo de la Ciudad de México para la cámara de Spencer Tunick.

Tal acontecimiento, señala Osorno, “fue interpretado por Carlos Monsiváis como un punto de inflexión y un símbolo de cambio en la conservadora sociedad nacional contemporánea”.

“Me parece que el libro proporciona una idea de la preocupación central de Carlos Monsiváis: tomar el pulso a la modernidad de México desde el cambio cultural, hasta las actitudes sociales sobre el cuerpo humano”, agregó el compilador.

Los textos incluidos son “Con címbalos de júbilo”, del libro Días de guardar, que apareció en 1970; fragmentos de “La naturaleza de la onda”, contenido en Amor perdido, de 1977, y “El Zócalo en cueros: imágenes de la reconciliación entre cuerpos y almas, si ambas partes se comprometen a ir al mismo gimnasio”, perteneciente al último libro de Monsiváis, Apocalipstick, de 2009.

Si bien las crónicas fueron publicadas en libros o periódicos, las tres elegidas no aparecieron en un mismo ejemplar, lo cual aporta una visión renovada del escritor.

“Monsiváis reconoció aspectos como el conservadurismo y lo contradictorio de nuestra sociedad, así que decidió echar mano de la ironía para reflexionar acerca de los cambios que implicó la modernidad. De esta manera, puso énfasis sin concesiones en la vida cotidiana. Por eso su obra es fascinante”, concluyó Guillermo Osorno.

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