Las relaciones sociales y afectivas de los cecehacheros han sido indudablemente afectadas por los casi dos años de pandemia por Covid-19, pues los amigos y el noviazgo en los jóvenes son fundamentales en esta etapa de sus vidas, “en que se están separando anímicamente de la familia y buscan su identidad rodeados de sus pares”, afirmó Guadalupe Lourdes Beltrán Herrera, licenciada en Psicología por la UNAM.
“Buscan ser ellos mismos, ya que desde el nacimiento y hasta el inicio de la adolescencia los padres son quienes dictan las normas y conductas a seguir, pero después ellos ponen las propias y los amigos y parejas son quienes comparten sus formas de pensar y actuar”, abundó la especialista, para quien la distancia social ha resultado un arma de doble filo en esta pandemia.
Y es que si bien el distanciamiento ha salvado vidas, disminuyendo el riesgo de contagio de Covid, “psicológicamente nos está dañando, porque nos impide ser lo que somos, y porque permanecer tanto tiempo en casa acentúa el aislamiento afectivo y social”.
Para la profesora de Psicología del plantel Vallejo, esta circunstancia ha sido difícil para la gran mayoría, porque los chicos están en una parte importante de su desarrollo biológico y psicológico, donde la escuela y su entorno son de gran ayuda para socializar y ser ellos mismos.
Otro aspecto a considerar es que muchos de los jóvenes se sienten frustrados, porque cuando tuvieron que frenar sus actividades sociales y escolares dejaron sin resolver asuntos escolares, personales, de amistad y de noviazgo.
Por ejemplo, muchos estudiantes de sexto semestre no se pudieron despedir de sus amigos de generación, lo que les causó tristeza y malestar, pero lo mismo ocurrió con los demás, pues para salvaguardar su vida todo comenzó a ocurrir a distancia, con intermediarios tecnológicos (celular, tableta, computadora), lo cual cambia la forma de percibir la vida.
Tecnología ¿vincula o arriesga?
La académica también se refirió a otras consecuencias del confinamiento, como el sexting, actividad que se caracteriza por enviar fotos, videos o mensajes de contenido sexual y erótico personal, a través de dispositivos electrónicos, que puede darse entre los adolescentes porque se encuentran al final del desarrollo biológico y en pleno proceso de maduración psicológica, “entonces es posible que utilicen las redes sociales para dar salida a su vida afectiva, social y sexual”.
“Con ello no quiero satanizar a los medios electrónicos, lo importante es que las y los jóvenes aprendan a distinguir quiénes pueden ser sus amigos, con quiénes pueden entablar relaciones de noviazgo o compartir aspectos íntimos de manera responsable y siempre poniendo filtros y protecciones para no correr situaciones que pongan en riesgo su integridad”, subrayó.
Sobre el mismo tema, Enrique Pimentel Bautista, licenciado en Ciencias de la Comunicación, coincidió en que para los estudiantes del CCH la pandemia ha fragmentado ese vínculo social natural que se genera en las aulas y fuera de ellas.
La comunicación, recordó, juega un papel importante porque permite el reconocimiento del otro y el de uno mismo, y con la pandemia son las tecnologías las que han facilitado la interacción comunicativa, permitiendo, aunque sea a nivel virtual, rehacer o encontrar esos vínculos, destacó el maestro de Comunicación en el plantel Naucalpan.
Recordó que redes sociales como Instagram, WhatsApp o Facebook han sustituido los espacios físicos y abonado al encuentro de los jóvenes de manera importante, dándoles la posibilidad de entablar relaciones afectivas y, de intereses escolares y de otros tipos, para, en la medida de lo posible, romper con el confinamiento.
“Incluso me atrevería a decir que muchos de ellos han dado el siguiente paso para encontrarse con sus pares cuando las circunstancias sanitarias lo permitan y continuar socializando y construyendo vínculos afectivos y de intereses”, consideró.
