Tan importante es el proceso de aprendizaje como el de enseñanza, coincidieron los profesores inscritos en el Diplomado Didáctica y Aprendizaje, que busca propiciar una reflexión profunda sobre conceptos como educación, pedagogía y didáctica, que redunde en una mejor apreciación de la labor docente en las condiciones propiciadas por el confinamiento.
Al darles la bienvenida, Homero Flores Samaniego, uno de los coordinadores de la actividad, les explicó que el diplomado es resultado de la reflexión de los últimos años sobre su efectividad como docentes y la necesidad de encontrar formas más efectivas de ayudar a mejorar la educación en nuestros estudiantes y la propia, “porque creo que es parte del proceso, una reeducación en nosotros”.
Criticó que en las definiciones de la RAE sobre enseñanza, pedagogía, educación y didáctica se ha considerado a la labor docente como instruir, amaestrar o doctrinar a los estudiantes a través de reglas y preceptos, que consisten en advertir, dar ejemplos y escarmientos a los estudiantes, como una orientación sobre cómo deben obrar o comportarse.
Esto es lo que se consideraría una educación tradicional, desafortunadamente, seguimos adoctrinando a los estudiantes. “Lo que me sorprende de estas definiciones es que nunca se habla de aprendizaje ni de aprender, todo el énfasis está en la enseñanza, parece que el aprendizaje es secundario o algo que se da por hecho, pero deberíamos tener esta palabra en mente y ver cómo podemos generar el aprendizaje con los estudiantes”, afirmó.
Al respecto, la profesora Nadia Teresa Méndez dijo estar de acuerdo con la idea de que deben enfocarse en el proceso de aprendizaje del estudiante, sin embargo, “nosotros diseñamos nuestras estrategias de enseñanza y debemos tener en mente que, de acuerdo con éstas es como voy a lograr que mis alumnos aprendan, tan importante es el proceso de aprendizaje como lo son las estrategias”.
Samaniego, coordinador del Centro de Formació Continua (CFC), aclaró que la propuesta que se plantea no le quita importancia a la enseñanza en sí, sino más bien al proceso, “lo que decimos es que hay que quitar el énfasis en la enseñanza, se trata de reformular nuestra docencia y, claro, las enseñanzas del profesor siempre están ahí y son importantes, pero no sería la parte central del proceso”.
Por su parte, María Isabel Velázquez consideró que el proceso de aprendizaje es complejo y no sólo ocurre en el aula y que el aprender no es solamente una respuesta a una planeación del docente, sino un conjunto de vivencias que el alumno va teniendo en diferentes ámbitos y por ello es importante diseñar actividades, experiencias que trasciendan el aula.
Y que estas detonen preguntas y, en ese sentido, las comunidades de aprendizajes docentes enriquecen mucho, “nos sacan de ese universo que es nuestra clase y vemos a los alumnos como entes mucho más amplios”, opinó.
Creo que por ahí va la reflexión, sobre cómo podemos optimizar la educación y considerar que el conocimiento que tienen los estudiantes es significativo y duradero, porque creo que son dos problemas que tenemos con el aprendizaje.
El diplomado está organizado en cuatro módulos: Didáctica, conformación de un ambiente de aprendizaje, La evaluación en el aula, Comunidad de aprendizaje y Reflexiones finales, y está coordinado también por Genaro de la Vega, Leticia Vázquez y Haydeé Venosa.
Al inicio de la sesión, los maestros mencionaron algunas expectativas que tenían sobre el curso, en general, que se inscribieron para aprender, para ampliar su formación en didácticas y aprendizajes; adquirir o construir conocimientos en la materia, reflexionar sobre su quehacer cotidiano y por qué les parece interesante combinar la didáctica y la pedagogía con la tecnología, más ahora en la virtualidad en las que se trabaja.
