evaluación

Coloquio para enriquecer el proceso

Analizan ética, innovación y propuestas en la primera jornada

Coloquio para enriquecer el proceso
Analizan ética, innovación y propuestas en la primera jornada

Con el objetivo de poner de manifiesto las especificidades del proceso evaluativo, a partir de una serie de conferencias dictadas tanto por los especialistas del ramo como por los profesores del Colegio, durante una semana se desarrolló el coloquio La evaluación en la institución y en el aula, coincidencias y discrepancias, del que surgieron valiosas aportaciones que permitirán mejorar los procesos de trabajo en el CCH, especialmente en el marco de la pandemia.

En su mensaje inaugural, el director general del Colegio, Benjamín Barajas Sánchez, ponderó la importancia de este encuentro en el contexto actual, porque el CCH está en un proceso de transición de un periodo de cuatro años al siguiente y, en este marco, hay un Plan de Desarrollo Institucional, en la página electrónica de la Dirección General, sujeto al escrutinio, así como también a las sugerencias y aportaciones de maestras y maestros, con el propósito de enriquecerlo.

Esto, justamente, tiene que ver con los procesos de planeación que, como se sabe, deben partir de un diagnóstico institucional que ofrezca datos confiables de los problemas, avances y zonas de oportunidad que requieran de un conjunto de acciones, pero el trabajo institucional no sólo consiste en realizar acciones, sino en su evaluación, puntualizó Barajas Sánchez.

Ética y evaluación

En la primera conferencia magistral del coloquio, el catedrático Jorge Luis Gardea Pichardo, del plantel Sur, expuso “El Código de Ética de la UNAM y los procesos de Evaluación Académica”, en la que subrayó que la evaluación no se puede ver ajena a las instituciones, y en que se debe hacer énfasis en tres rasgos: la objetividad, imparcialidad y honestidad, ya que representa las buenas prácticas colegiadas.

La evaluación, recordó, es un proceso complejo que implica a todas y cada una de las actividades y producción académica de los profesores del Colegio. A través de ella se ponderan habilidades, conocimientos y actitudes propias de la docencia, a partir de una serie de instrumentos definidos y sustentados por la Legislación Universitaria, y en el caso del CCH, con el Protocolo de Equivalencias.

Los códigos de ética formulan los valores y principios propios de una institución, orientan la conducta de sus integrantes, en la Universidad forman parte de la Legislación Universitaria que establece valores y principios para guiar  docencia,  investigación y difusión de la cultura.

Entre estos valores y principios, expuso, están la convivencia pacífica, el respeto a la diversidad cultural, étnica y personal; la libertad de pensamiento y de expresión (libertad de cátedra), la integridad y honestidad académica, el reconocimiento y la protección de la autoría intelectual, así como la objetividad, honestidad e imparcialidad en las evaluaciones académicas.

 

Alternativa

En el marco de esta primera jornada, la maestra Yareni Annalíe Domínguez Delgado dictó la conferencia “Propuestas alternativas de evaluación en línea”, en la que se refirió a la evaluación alternativa o auténtica que surge ante la insuficiencia de pruebas convencionales para valorar lo que realmente importa: que los alumnos puedan comprender, aplicar y usar sus conocimientos y habilidades en contextos importantes del mundo real.

Con esta propuesta se aumentan las habilidades de resolución de problemas y de construcción de significados; se considera el trabajo individual y de equipo; promueve la transferencia de conocimiento y la transposición didáctica; además, orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje y la toma de decisiones. La llevan a cabo el profesor y el estudiante junto a sus compañeros día a día, por lo que impacta aspectos cognitivos, autoestima y cuestiones emocionales de los jóvenes.

 

Innovación

Finalmente, Ana Leticia Cuevas Escudero, maestra en docencia en Biología por la Facultad de Ciencias, presentó la ponencia “La innovación en la evaluación”, en la que coincidió con algunos autores en que, para evaluar con objetividad, se tienen que implementar estrategias para detectar fallas en el aprendizaje en el momento en que éstas se producen.

Lo anterior, para aclarar confusiones y facilitar el desarrollo del proceso de aprendizaje; además se debe seleccionar de acuerdo con la finalidad educativa en cada situación de aprendizaje (técnicas e instrumentos), explicó, tras pedir  “que trascendamos estas autoevaluaciones” y animarse a innovar en sus procesos de evaluación, para asegurarse metas y no ir a la deriva.  

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