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Se reeducan para relacionarse de manera distinta

Reconfiguran su masculinidad para construir igualdad real

Se reeducan para relacionarse de manera distinta
Reconfiguran su masculinidad para construir igualdad real

Ignacio Félix, esposo, papá y profesionista en sistemas computacionales, pertenece al grupo de crecimiento personal y reeducativo Círculo abierto para hombres, donde, con mucho trabajo, ha podido reconocer: “fui cómplice de gritarles piropos a las mujeres cuando íbamos en un coche, fui necio y acosé a mujeres al estar alcoholizado, tengo 14 años en el grupo”.

Y es que la igualdad de género la construimos todos y, lejos de lo que algunos hombres piensan, su responsabilidad al respecto es fundamental, así lo entienden los hombres que participan en grupos de apoyo, donde los orientan para “cambiar el chip” de la educación machista con la que fueron formados, y cuyas experiencias compartieron durante la Tercera Jornada por la igualdad de género en el CCH.

Víctor Lara estudió periodismo y actualmente realiza una maestría, es participante de dos grupos de masculinos que desean aprender a relacionarse de manera distinta, de formas no violentas con los demás, porque, relató, ha sido parte de sucesos que ahora lo avergüenzan, como ser testigo de una violación. La violencia es selectiva hacia los más débiles, “espero no haberlas afectado en su desarrollo”, dijo.

Esos y otros testimonio fueron vertidos en la conferencia “La responsabilidad de los hombres en la construcción de la igualdad”, donde narraron qué los llevó a pedir ayuda en estos centros donde los asesoran en el manejo de su carácter y a revertir conductas que aprendieron desde niños; también hablaron sobre el trabajo que les ha tomado superar roles y estereotipos, los problemas con sus parejas y en qué momento se encuentran después de años de terapia.

Miguel Valencia es ingeniero, dedicado, entre otras cosas, a la reconfiguración de su masculinidad. “Desde pequeño noté que los varones de la familia teníamos privilegios sobre nuestras hermanas, no realizábamos labores en el hogar y teníamos mayor libertad; al casarme tuve problemas con mi compañera porque le exigí que dejara de trabajar. Estamos dañando muchísimo a las mujeres, si pudiéramos trabajar en ello, tendríamos una mejor sociedad”, consideró.

José Juan Sibaja es fanático de la tecnología, comenzó a cuestionar su masculinidad a los 17 años gracias a talleres que recibió en Mexfam y es promotor de los derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes, hoy sabe que “tenemos muchos privilegios y nos aprovechamos de eso”. Llegó a asistir a reuniones en las que sabía que se violentaba a las mujeres, pero le parecía parte de la fiesta. “Todavía me cuesta trabajo lavar los trastes”, reconoció.

Por separado, pero sobre el mismo tema, Óscar Iván Godínez, asesor para la igualdad de género de la Universidad, invitó a los hombres a reflexionar sobre cómo se están sumando al tema de la igualdad de género y la erradicación de la violencia en este espacio universitario, porque, advirtió, “existe una serie de trampas del patriarcado en las que no se debe caer”.

Por ejemplo, se refirió a mensajes que se envían a la sociedad, en el sentido de que la igualdad de género “es que hombres y mujeres carguemos el garrafón de agua, que paguemos el 50 por ciento de todo y que no veamos que hombres y mujeres tenemos distintos ingresos; se han generado incluso narrativas de victimización de los varones, que hemos perdido derechos, que nos han quitado el poder y ellas se están empoderando para violentarnos”.

Muchos de estos discursos no cuestionan los privilegios, el tema del poder en los varones y sobre todo la exacerbación del ejercicio de la violencia, por eso, sostuvo, “me parece que la igualdad de género tiene mucho que socializar, de qué trata y en qué consiste, aclarar estos malos entendidos, porque los varones creen que se limita a esto y por ahí no va”.

La igualdad de género busca que todas las personas tengamos los mismos derechos y oportunidades, libertades, el mismo trato para todas y todos, esto implica que todas las instituciones educativas generen estrategias, programas que involucren a los hombres, no es sólo asunto de mujeres, hay que dejarlo claro, también nos compete a los hombres, se necesita que empecemos a politizar las masculinidades, a generar transformaciones y  a cuestionar este modelo hegemónico tradicional. 

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