“En la sociedad actual se ha normalizado que los hombres usen azul y sean ‘buenos’ para los deportes, mientras que las mujeres usen rosa y tengan ‘mejores’ aptitudes para las actividades domésticas. Sin embargo, ¿realmente es así? La respuesta es no, se trata de una construcción social”, explicó la investigadora Lu Ciccia durante su conferencia “¿Qué es género y por qué es importante en los colegios?”, en el marco de la 6a Jornada por la Igualdad de Género en el CCH, en el plantel Sur.
La especialista en el área de Género en la Ciencia, la Tecnología y la Innovación del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM explicó que “no es natural que el hombre se dedique al fútbol y la mujer no pueda hacerlo, sino que es una cultura dentro de la cual desarrollan este tipo de normativas o de reglamentos, la que va a prohibir ciertas corporalidades, por ejemplo, que las mujeres se dediquen a ciertas actividades que asociamos con lo masculino, pero que no son por naturaleza masculinas”.
“El futbol no es por naturaleza masculino, es una actividad que está masculinizada, quiere decir que la construimos a partir de valores que asociamos con la masculinidad”, explicó la investigadora.
Esta idea, señaló, viene de las neurociencias, se basa en el discurso del sexo cerebral, en el cual se determina el género de una persona a partir de su genitalidad y factores biológicos como el número de cromosomas.
“Lo que nos dice el discurso científico, que predomina hoy, es que las personas con testículos tienen más testosterona y esa mayor cantidad de testosterona que está en el ambiente fetal, masculiniza su cerebro, haciendo que aparezca un cerebro de hombre”, apuntó.
En este sentido, “la asignación del género al nacer no es por la genitalidad externa, es porque la genitalidad externa predeciría un tipo de cerebro que implica que esa persona con pene y testículos se viva hombre y además sea heterosexual. Eso nos dice el discurso neurocientífico, que ese sexo cerebral explica la identidad de género”.
No obstante, es importante cuestionar este tipo de discursos, pues de acuerdo con Lu Ciccia, son neurosexistas, pues “están reproduciendo en estos presupuestos ciertos sesgos, es decir, ciertos desvíos que lo que hacen es naturalizar la división sexual del trabajo”.
“Es importante conocer este discurso, porque es un discurso que nos atraviesa, que vuelve natural que una genitalidad sea lo mismo que una identidad de género. (…) No es cierto que nuestros cerebros tienen sexo”, comentó.